Mil 100 millones de jóvenes, entre los 12 y 35 años, están en riesgo de padecer pérdida de audición por su exposición al ruido en contextos recreativos, según cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS), y en Colombia los casos de daños de oído, pérdida de audición y sordera son considerados como un problema de salud pública.

Por esta realidad es que cada 28 de septiembre se conmemora el Día Internacional de la Sordera, fecha promovida por la Federación Mundial de Sordos desde 1958, la cual busca sensibilizar sobre este padecimiento y darle visibilidad a este sector de la población. 

Esa asociación celebra desde el 23 de este mes, hasta el próximo domingo, la Semana Internacional de los Sordos bajo el lema ‘¡Con lenguaje de señas, todos están incluidos!’, en el que el tema se comparte con el Día Internacional de los Lenguajes de Señas (el 23 de septiembre) por primera vez.

De acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Sordos (Insor), hasta el año pasado había en el país 239.884 personas con esta condición registradas en el Sistema de Selección de Beneficiarios para Programas Sociales (Sisbén) y 455.718, según el censo del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane) de 2005.

A nivel de Norte de Santander, la data del Sisbén refleja que en el departamento hay 13.566 sordos. El Insor, igualmente toma las cifras del Registro de Localización y Caracterización de Personas con Discapacidad (RLCPD) del Ministerio de Salud y, de acuerdo con su base de datos, en la región hay 3.929. Esto indica que es difícil precisar la cantidad de habitantes con esta discapacidad.

A pesar del creciente riesgo para el desarrollo de pérdidas de audición en Colombia, propio de los hábitos modernos, cifras oficiales señalan que solamente tres de cada diez pacientes acuden al especialista en el país.

El médico Jorge Almario, otólogo y asesor clínico de Cochlear, aseguró que “todas las personas deben tener, al menos, una cita anual con un especialista de audición, porque, aunque la aparición de una pérdida auditiva es más común en niños de 1 a 5 años o en etapa escolar y adultos mayores de 45 años, los problemas en el oído pueden aparecer a cualquier edad, pues las causas son muy variadas”.

Su colega en la especialidad Santiago Hernández, otólogo en la Clínica Marly de Bogotá e integrante de la Asociación Colombiana de Otología y Neurotología, manifestó que las pérdidas de audición congénitas y adquiridas pueden ser tratadas, gracias al desarrollo tecnológico, el cual permite contar con alternativas para tratar diversos tipos de hipoacusia como audífonos, implantes cocleares e implantes osteointegrados.

“La atención de la pérdida de audición con implantes auditivos es un tratamiento costo-efectivo para la sociedad porque permite que el paciente desarrolle una vida normal”, manifestó.

Por otra parte, Constanza Acevedo, presidenta de la Fundación ECO de Padres a Padres y docente de la Escuela Colombiana de Rehabilitación, señaló que en adultos las pérdidas de audición pueden generar dependencia de otros familiares para el desarrollo de actividades comunes, así como la exclusión del sistema laboral. 

“Mientras que las pérdidas auditivas en los niños pueden reflejarse en falta de atención y retraso en el desarrollo del lenguaje oral, factores que van a dificultar su educación en la escuela y su desarrollo social y cognitivo”.

¿Cuáles son las causas de la pérdida auditiva? Esto dice el Ministerio de Salud:

-Enfermedades infecciosas y crónicas del oído.
-Enfermedades infecciosas de la infancia como rubéola, sarampión, parotiditis, meningitis y toxoplasmosis, entre otras.
-Bajo peso al nacer, incompatibilidad sanguínea, hipoxia neonatal y sufrimiento fetal agudo.
-Traumas craneoencefálicos y de oído.
-Exposición a ruidos excesivos y contaminación sonora.
-Uso de sustancias y medicamentos ototóxicos como los aminoglicósidos.
-Presbiacusia (pérdida auditiva durante el envejecimiento).
-Cerumen impactado o encajamiento de cuerpos extraños

Según Minsalud, las alteraciones del oído, audición y comunicación son reconocidas por la OMS como comorbilidades intermedias dentro del grupo de las enfermedades crónicas, por su larga duración y lenta evolución.

Además, “sus prevalencias son consideradas como un problema de salud pública, debido a que cada día van en aumento y llevan a una discapacidad, las cuales son más visibles en la población infantil”.

El ministerio sostiene que el ruido es una importante causa de pérdida auditiva; en el trabajo es considerada una enfermedad profesional objeto de más indemnizaciones. El ruido en las actividades recreativas también es un riesgo, proviene del mal uso de los equipos de audio cerca del oído y de otras fuentes de entretenimiento como la música en bares y conciertos, que es cada vez mayor entre los jóvenes.

Datos tomados de los RIPS durante los años 2011 a 2015 reflejaron que en Colombia se presentó un incremento en el número de personas atendidas por alteraciones en el oído en el 2014, representó un 18% de las atenciones.