Es tal el compromiso con los otros eventos que en Cartagena, en conjunto con el Ministerio de Cultura tenemos el segundo encuentro de festivales y muestras.Monika Wagenberg, directora del Festival de Cine de Cartagena, evento cultural de mayor trayectoria en el país, está dispuesta a inyectarle el oxígeno que necesitaba el festival.

Su hoja de vida muestra la capacidad, conocimiento, gestión y actualidad necesarias para asumir retos de sostenibilidad con Colombia y conducir al evento en la relevancia que exige el cine en el mundo, los festivales y de igual manera el público en las esquinas de cualquier ciudad. Todo indica que va por buen camino. Está organizando la casa, la tiene casi lista hace meses. Hace debut aunque no es la primera vez que se pone la camiseta para que las cosas salgan bien y las expectativas seguramente serán sobrepasadas. Ya convenció a directores, a William Dafoe y a Arturo Ripstein para que la acompañaran, tiene listas dos retrospectivas de Olivier Assayas y de Nicolás Pereda, junto a una veintena de eventos, a México entero como invitado de honor más la reestructuración, las presentaciones y los espectáculos de la mejor altura.

El Festival de Cine de Cartagena tiene una trayectoria y constancia que sólo otorga el tiempo y la tradición como un evento con aciertos y altibajos, pero al que notablemente le falta madurez, a la luz de otros festivales del mundo. Usted viene de trabajar en algunos muy respetados, ¿falta mucho para ese grado de madurez, como al vino, en nuestro festival, tan querido y amado?

Para poder lograr esa “madurez” de la que hablas, pienso que se necesita tener cierta infraestructura, tanto humana como física (teatros, tecnología, etc.) sobre la cual se pueda construir y crecer. Para lograr esa infraestructura se necesita tiempo, dinero y un equipo con experiencia. Desgraciadamente, el Festival ha tenido tiempo, pero la falta de dinero y un equipo intermitente no ha permitido que esa infraestructura que uno pensaría que ya debería estar operando hoy en día, después de tantos años, exista. La otra parte indispensable en la búsqueda de esa madurez, es la calidad de la selección, y creo que en eso venimos con Orlando Mora trabajando desde hace tres años y basta con ver cada sección del 51 FICCI para darnos cuenta que vamos bien en ese camino.

Cuál es la mayor expectativa?, ¿qué le han dicho los productores, los directores, los actores, la gente?

Para poder tener un jurado FIPRESCI se necesitaban dos cosas: garantizar que todas las proyecciones de la competencia tengan subtítulos en inglés (algo que no se hacía antes) y contar con el interés del organismo por el Festival. Este año, por primera vez, vamos a tener subtitulaje electrónico accesible en todas las salas. Por otro lado, dado que el cine colombiano, y el iberoamericano en general, están pasando por un período de renovación y son celebrados mundialmente; y que nuestra competencia oficial presenta una selección de altísima calidad de esta región, el interés de FIPRESCI de participar de Cartagena fue prácticamente inmediato. 

Hay importantes cambios en el orden del FICCI 2011, funciones gratuitas, la continuidad del cine en los barrios, los jurados, los ajustes indispensables en la infraestructura cinematográfica de Cartagena, más directores, el anhelo de las salas llenas, ¿obedecen estos cambios a políticas permanentes y necesarias que debe tener el Festival de ahora en adelante, el derrotero, la ruta, el mapa de navegación?

Todos los cambios que mencionas son “prioridades” para mi (en la oficina se burlan porque dicen que todas las tareas son prioridades...) y en la medida en que yo esté en la dirección lo seguirán siendo. Me gustaría pensar que lo seguirán siendo así yo no esté con el festival. Al mismo tiempo tener 51 años nos hace responsables de una imagen y más en el momento en que existe un nacimiento acelerado de festivales en Colombia, no nos consideramos el papá de los festivales, pero sí queremos dar un buen ejemplo y que eso sirva también para el crecimiento del país audiovisual. Es tal el compromiso con los otros eventos que en Cartagena, en conjunto con el Ministerio de Cultura tenemos el segundo encuentro de festivales y muestras.

Qué tanto cree usted que ayuda la ley de cine y los esfuerzos del Estado Colombiano (que quieren poner a un sector del país a pensar en una verdadera industria cinematográfica nacional) con eventos como el Festival 2011?

Creo que la ley de cine ayuda sobretodo en la producción de las películas colombianas y hay mucho todavía por hacer en cuanto la exhibición y distribución, sobre todo cuando se tiene en cuenta que con el costo de producir una película se le pueden dar vida - que es cuando se proyecta al público - a por lo menos 10.

A qué le teme?
A la falta de fondos. A la falta de compromiso y la falta de profesionalismo.