‘Necesito que me hables como argentino en una obra’, le dijo un amigo en plena calle de Bogotá en 1996. ‘Es que arranco a grabar y se me cayó el presentador’, le explicó. Ese favor hizo que Julián Arango dejara el oficio de publicista y se metiera en la caparazón de decenas de personajes que han salido en la televisión, cine y en las tablas.

Su amigo conocía de sus capacidades histriónicas en la época estudiantil. Julián remedaba a costeños, rolos, pastusos, paisas. Ese talento lo ´jaló’ de los Arango que siempre se disfrazaban y hacían show en las reuniones familiares, pero ninguno se dedicó a la actuación como él.

“¿Qué me falta? más tiempo para hacer teatro porque tu sabes que empiezas y terminas una obra, estás en contacto con el público y puedes improvisar. En televisión no. Se vuelve como una fábrica de hacer empanadas: son jornadas largas, de monotonía, y muy exigente”.

El actor y comediante estuvo en Cúcuta presentando su Stand Up Comedy ‘Nidea’ el viernes y sábado por la noche. Antes había venido con Antonio Sanint también al teatro Zulima.

¿Los tiempos sí están difíciles?

Muy difíciles, pero si uno camella todos los días son menos difíciles.

¿Se considera perro en el amor?

Fui. Ahora estoy juicioso y casado.

¿Betty sí era en realidad fea?

Betty sí era fea, pero porque quería.

¿Qué dosis tiene de Hugo Lombardi?

El gusto por la moda y por el diseño.

¿En qué instante se creyó un inútil?

En muchos y creo que nunca dejaré de sentirme inútil, pero el hecho de tener una disciplina diaria de trabajo me hace sentir menos inútil.

¿Ha tenido algunos amores cruzados?

Sí… (…¿pero hay que dar nombres?...)

¿Ha visto a algunas amas de casas desesperadas?

Sí, la mía, por mi culpa porque la saco de quicio cuando le toca ir a la Dian a sacar el RUT, ir a pagar servicios...

¿Cuál cree que será su tiempo final?

La playa.

¿A qué cartel pertenece?

Al de la observación y mamadera de gallo.

¿Le ha dicho adiós a Ana Elisa?

Sí, me tocó decirle adiós.

¿Ha conocido muñecas de la mafia?

Uyyyyy… en esta profesión…

¿En qué operación ha estado en jaque?

En una operación que me hicieron en el dedo porque me tocó un médico que se había emborrachado el día que jugaba la Selección.

¿Difícil ser el padre de la Pola?

Muy difícil, porque no podía mamar gallo. Tenía que ser el papá de 9 hijos y me tocó chuparme el mal genio del director Sergio Cabrera que acababa de regresar al país y estaba marcando territorio.

¿Qué prefiere: plata o plomo?

Todo menos plomo. Pero así que prefiera la plata, no.

¿Ha estado alguna vez infiltrado?

Uno como actor le toca estar de cierto modo infiltrado.

¿Qué situación ha hecho metástasis?

Lograr la construcción de los personajes.

¿Extraña el calor del hogar?

Tengo mucho calor en el hogar con mi esposa Lina y mi hija Adelaida.

¿Qué ha hecho con los premios India Catalina, TV y Novelas, GES y Simón Bolívar?

Algunos se los llevaron los ladrones en un robo que me hicieron en la casa, pero me ha tocado ir ganando otros para repararlos.

¿Y de qué no tiene ni idea?

De ser papá, pero estoy en el proceso de aprender.