En los placeres simples de la vida la actriz Marcela Vanegas encuentra felicidad. Lejos de las pantallas de la televisión, la cucuteña es una madre orgullosa de dos varones, viajera incansable y portavoz de algunas organizaciones civiles sin fines de lucro. Es una mujer apasionada por el cine, la lectura y los paseos al aire libre; que se autodefine como un ser sensible y algo impaciente.

Tenerla en frente es contagiarse con su personalidad extrovertida y arrolladora. Sus raíces nortesantandereanas quedan en evidencia gracias a su cabello largo, ensortijado y oscuro y sus cejas pobladas que enmarcan unos ojos cafés.

Muchos televidentes la recuerdan por su protagónico en la serie juvenil ‘Sabor a limón’. Otros por su participación en producciones como ‘Amor sin remedio’, ‘Milagros de amor’, ‘Punto de giro’. La generación más joven de seguro la vio el año pasado en el programa de concursos ‘Gana con ganas’, junto con el venezolano Adrián Lara y el youtuber Sebastián Villalobos.

Ahora interpreta a Clara María Arango, una periodista que hace toda la investigación de la trama en la serie ‘Contra el tiempo’, que transmite RCN. Sobre este papel, Vanegas conversó con el diario La Opinión: “Es un trabajo que me ha gustado mucho porque yo soy comunicadora social y además, creo fervientemente en el tema de la donación de órganos. Me parece maravilloso que a través de esta serie se pueda poner sobre la mesa y se hable abiertamente”.

En la serie se habla de la donación de órganos ¿qué opinión tiene sobre esta realidad?

A nivel personal soy una abanderada absoluta de la donación de órganos, no a raíz de esta producción sino desde siempre. Estoy clara de que cuando muera seré donante de todo lo que funcione en mi organismo.Es un ejercicio de solidaridad que debemos practicar todos los colombianos.

¿De qué se nutre para construir los personajes que interpreta?

Yo soy muy uterina, muy instintiva en el tema de la creación de personajes porque a veces uno, de manera inconsciente, adquiere formas de interpretar de otros artistas, así que me di la libertad de construir un personaje profundo e intenso, que combinado con el guión, el producto es muy bueno.

¿Cómo se adapta al ritmo de grabación?

A mí me apasiona la intensidad, la presión.Ya no grabamos novelas que duraban un año, ahora trabajamos en series que duran cuatro meses entonces el ritmo es distinto. En particular me gustan las secuencias largas porque siento que uno puede engranar a su personaje, volverlo interesante.

¿Es de las actrices que le dice sí a cualquier personaje?

No sé si en este momento pueda decir que me siento cómoda con algún tipo de personaje en particular, creo que los personajes misteriosos y con malicia son deliciosos, pero finalmente ese es el reto del actor: construir algo que te vincule contigo mismo.

Con el nacimiento de nuevas plataformas como Netflix, ¿cree que la televisión tradicional está en peligro?

La manera de contar historias audiovisuales ha cambiado, todo lo que se da en internet es una competencia. Creo que toda competencia es buena porque genera un impulso y reto para transformar lo que ya existía, así que la televisión tradicional tiene el reto de hacerlo. La gente en la actualidad tiene un entendimiento y una velocidad para ver, mirar e interpretar de forma veloz, así que hay que llevarles trabajos de calidad.

¿En qué otros proyectos trabaja actualmente?

Yo soy comunicadora y trabajo para empresas y organizaciones que prestan servicio social en pro de construir un mejor entorno. Actualmente, apoyo a la Debra Colombia, una fundación que trabaja con pacientes que sufren epidermólisis bullosa, conocida también como piel de mariposa o piel de cristal.  A nivel actoral estoy preparada para  lo que venga, lo que me permita mantener esta llama prendida.

¿Cómo está la llama del amor?

Está encendida, bonita, feliz y tranquila.

¿Cuándo visitará Cúcuta?

Voy cada vez que puedo, mi familia es cucuteña y creo que es un momento muy importante para la región porque el cierre de la frontera con Venezuela ha hecho que muchos cerebros y profesionales que existen en Cúcuta se pongan a trabajar en otra dirección. El cambio para bien será inmenso, no lo podemos dimensionar.

*Alicia Pepe | alicia.pepe@laopinion.com.co