Fue una catarsis. Mientras se sienta en una silla a repasar cada letra de ‘Fabricando fantasías’, Tito Nieves construye en su mapa mental un rompecabezas. Revive el difícil momento de la muerte de su hijo Omi y se la canta al mundo. Él, un hombre fuerte que le ganó la batalla a la droga, el alcohol y al mismo cáncer que se llevó a su hijo, agradece con sus sones a la fuerza superior por tenerlo hoy, 40 años después, vigente en los escenarios del mundo. 

Se considera un hombre de fe, y quiere cantar hasta el último día que respire. Tito está vivo, ríe, goza y celebra. Tito está en su salsa. 

Son 40 años de carrera, ¿los va a celebrar por lo alto? 

“El año que viene haré un DVD celebrando los cuarenta años. Yo no quiero hacer un concierto de aniversario, porque eso ya se ha visto mucho. Ya la gente quiere saber más de la vida personal, cómo comienza el artista caminando por esas calles de las ciudades, en este caso de Nueva York y Puerto Rico. Mi carrera comenzó en 1975. La narración será de un amigo mío, y también pasaré por Colombia, obviamente”. 

¿’Fabricando Fantasías’ fue una catarsis para superar la muerte de su hijo Omi? 

“Yo siempre digo que ‘Fabricando’ es una bendición de Dios, porque esa canción me llegó como anillo al dedo, cuando más la necesitaba. Estuve hablando con Jorge Luis Piloto, el compositor, le dije que esa canción por más de que me vaya a componer otras no va a haber algo que la supere. No deja de bajar radialmente en Colombia, México y Perú, donde quiera que llego me la piden. Es una canción que se puede tomar como uno quiera, se puede pensar que es una canción de amor, pero qué pasa, cuando Piloto me la presenta me dice que no quería aprovecharse de lo que pasó y me dijo que la utilizara como yo quisiera. Al final fue un desahogo”. 

¿Tras la muerte de su hijo fue un hombre con más fe? 

“Hoy la gente está más preocupada por lo material y no por lo familiar, hay mucha gente perdiendo la fe. Yo mismo me he cuestionado con Dios cuando mi hijo murió, porque yo le decía a mi hijo: -Omi tienes que tener mucha fe en Dios, y él me pregunta: -¿hay un Dios? Le respondí, -sí-. Y me dijo, -qué hago yo muriéndome acá papá-. Yo no tenía palabras para contestarle. En esos momentos él tenía toda la razón, porque no usaba vicios, no le robó a nadie, no se fue preso, le estaba yendo bien y tenía su trabajo. Esas cosas que uno no entiende pero son parte de la vida. ”. 

Su ejemplo son las grandes leyendas de la salsa clásica 

“El señor Johnny Pacheco me puso por allá en los 70 el ‘Pavarotti de la Salsa’; Eddie Palmieri ya tiene casi 80 años y se ve espectacular, Quique Lucca tiene 102 años y hay que verle su vitalidad, y al que más me apego es a Rafael Ithier, porque cuando yo estaba por ahí con el vicio de la cocaína y el trago a finales de los 80, me dio un jalón de orejas fuerte, fueron como tres horas de regaño, que me duraron hasta lo que soy hoy, porque este año cumplo 25 años limpio (sin consumir). Del Gran Combo pueden decir lo que quiera, pero esa orquesta es la mejor para mí, son más de 50 años de puros éxitos”. 

¿Cómo se renueva Tito Nieves con las exigencias del mercado actual? 

“Creo que la música y en este caso la salsa tradicional la tengo que respetar. Acaba de salir el nuevo disco ‘Tito Nieves en dos idiomas’. Hay un tema de puño y letra de Jean Marco, el cantautor peruano, que se llama ‘Si me tenías’, que está cogiendo bastante auge en Estados Unidos y también está sonando mucho en Cali. Es un tema que está subiendo como espuma. En este disco lo que muestro es que canto en varios idiomas, español e inglés, y tengo dos baladas con letra americana”. 

Su vida ha sido una lucha constante con la manipulación del mercado musical... 

“La mayoría de las producciones son hechas a mi gusto, yo no dejo que ninguna casa disquera me coja los temas y me diga lo que tengo que hacer, de hecho yo les vendo los productos a ellos. A mí nunca me gustó someterme a los sellos discográficos, porque una casa disquera te coge los temas para ellos y ¿por qué si el intérprete soy yo? Hay artistas que sí gustan de eso porque son vagos y tienen poco conocimiento del tema”.

*Medellín | Colprensa