Enviar cartas físicas por correo tradicional es una costumbre casi en extinción. Que un grupo de jóvenes en la era de internet y aplicaciones de mensajería instantánea se tome el tiempo para escribir a mano y decorar un sobre, que recorrerá largas distancias para llegar a un remitente desconocido, sorprende.

Aunque la práctica de hacer amigos por correspondencia, conocida mundialmente como “pen pal”, en la que dos personas que no se conocen se envían misivas es promovida entre los profesores de idiomas para reforzar los conocimientos de sus estudiantes y además hay empresas que se dedican a contactar personas con intereses afines después de procesar solicitudes, la llegada de las nuevas formas de comunicación ha hecho que esta actividad quede en un aparente olvido.

Sin embargo, la misma tecnología ha ayudado a hacer visible y a expandir esta práctica.

International Pen Friends, con más de 300.000 miembros en 192 países que buscan intercambiar cartas después de registrarse en www.ipfworld.com o Penpal World con más de 1’700.000 usuarios en www.penpalworld.com con la misma intención, son solo dos ejemplos de estas empresas que facilitan la conexión de los amigos por correspondencia.

Además, desde hace tres años, en redes sociales como Instagram y Pinterest, los usuarios comparten fotografías de las cartas que envían y reciben usando la etiqueta #SnailMail (correo caracol) y por este medio se contactan con otras personas para iniciar una comunicación epistolar.

Una de ellas es la chilena de 27 años Javiera Zavala (@jaii_zavala en Instagram), quien expresa que le gusta enviar cartas porque es una costumbre casi extinta. “Es emocionante cuando recibes un sobre que no es una factura. Cuando me llega un email lo respondo rápido, en cambio las cartas son algo personal y necesitan su tiempo”.

No todas estas cartas son simples letras sobre un papel. Muchas de ellas utilizan una gran variedad de tipografías y diseños realizados con marcadores, stickers, plumas y pinturas. Aunque sin duda la principal herramienta es la creatividad.

Para la bloguera española de 25 años Tania Alján (@petiteblasa en Instagram), quien desde hace un año se unió a esta tendencia, “en un tiempo en el que lo queremos todo al instante las cartas nos enseñan a ser pacientes. Cuando envío una misiva siento que parte de mí vuela a rincones que no he podido visitar pero que en cierto modo conozco gracias a las cosas que me cuentan mis amigas por correspondencia”.

Intercambio de culturas

Según las “penpals” consultadas, las primeras cartas que se envían son para conocerse con la otra persona. Preguntas como ¿qué ocupación tiene? ¿cuáles son sus intereses? ¿que le disgusta? son las usuales. Cuando se trata de una comunicación internacional, la cultura del otro país es un tema frecuente.

“Al principio se hace un poco raro porque eso de escribirte con una extraña, el contarle tus cosas es un poco raro. Pero lo hice porque hemos perdido mucho la costumbre del papel, además a mí me encanta el decorar con pegatinas, es un hobby relajante”, cuenta la española de 28 años Ana Pérez (@Wamiba en Twitter), quien desde enero de este año se escribe con tres compatriotas.

En promedio, Ana se envía una carta cada mes con tres amigas, “porque como cada una tiene sus trabajos y esto es un hobby, no puedes sacar tiempo para responder antes. Además como es “snail mail” es lento y laborioso”, comenta.

Por su parte, Alján dice que además de escribir sobre su vida y proyectos le gusta comunicarse con sus contactos por correspondencia para conocer cómo se vive navidad o halloween en otras latitudes.

Además del sobre y la carta que por sí solos son piezas dignas de ser conservadas, los “penpals” se envían postales, fotografías, golosinas, condimentos, dinero y otros objetos representativos de su país.

Para la mexicana de 22 años Ana Harisha Castillo, que comparte en su cuenta en Instagram @ahcasti las imágenes de los obsequios que ha recibido de las 48 personas con las que ha intercambiado correspondencia, el que más la ha sorprendido fue un kurti (vestido tradicional de la India). Además, afirma que es una forma sencilla de hacer canjes y aumentar su colección de billetes y postales.

“Hay que tener cuidado con quien se contacta, algunas personas están interesados solo en los bienes y no en una amistad”, afirma la portuguesa de 24 años Liliana Pereira (@anna.marian.21 en Instagram), quien tiene 25 amigos por correspondencia de países tan distantes como Jamaica o Turquía.

La “penpal” mexicana de 32 años Emilia Chávez (@islasfujur) cuenta que hizo un envío muy particular en enero de 2014: “Acababa de fallecer mi gato y una amiga que hace joyería me quería hacer un recuerdo con las cenizas y me pidió que le mandara en una bolsa una pequeña cantidad. Yo estaba muy asustada de meterlas en el sobre porque pensaba que si alguien lo descubría, podría pensar que era una droga”.

Luego de 15 días, la carta con las cenizas llegaron sin contratiempos a su destinataria en Estados Unidos. Al poco tiempo Emilia recibió de vuelta las cenizas de su mascota, cubiertas por un dije de vidrio.

Para la mexicana, “tener una carta escrita a mano, con todo el esfuerzo físico y mental que representa hacerla, es como tener un poco de la esencia de la otra persona”. 

*Medellín, EL Colombiano | Colprensa