En 2010, durante la campaña presidencial, Colombia vivió uno de los momentos de mayor efervescencia política en la historia reciente del país, por cuenta de la llamada ‘Ola verde’.

Un movimiento impulsado por un grupo de jóvenes que poco a poco fue creciendo, con la esperanza y el anhelo de lograr un cambio en las formas de gobernar a Colombia.

Motivados por la candidatura de Antanas Mockus, sus integrantes se empezaron a mover a través de las redes sociales, convocaron grandes manifestaciones y finalmente lograron llevar al exalcalde de Bogotá a la segunda vuelta.

Sin embargo, después de la derrota contra Juan Manuel Santos y pese a que su mayor logro fue haberse enfrentado a las maquinarias, sin más armas que el deseo de transformar la política, la ‘Ola verde’ se desvaneció.

Desde entonces, son pocas las iniciativas similares que se han impulsado en las últimas contiendas electorales.

De acuerdo con un análisis  del Ministerio del Interior y la Universidad de los Andes, sobre el comportamiento y las expectativas de los jóvenes en Colombia frente a la política,  es evidente que hoy día existe un desencanto y una desconfianza por parte de este sector de la población, con las instituciones.

Según los resultados del Proyecto de Opinión Pública de América Latina (LAPOP), Barómetro de las Américas, actualmente solo un 15,6% de los jóvenes simpatiza con algún partido político y apenas el 8,4% confía en el papel que desempeñan estas organizaciones.

Lo anterior indica que estas son las instituciones que más han perdido legitimidad en los últimos ocho años.

La investigación también arrojó que 6 de cada 10 jóvenes no confía en las instituciones democráticas y que tan solo un 24,5% cree en el papel que cumple el Congreso de la República.

Además, apenas 2 de cada 10 consultados considera que la gestión que ha adelantado hasta ahora el Gobierno Nacional ha sido buena. Eso quiere decir que, la juventud es hoy uno de los más fuertes críticos de Juan Manuel Santos.

Pese al descontento que se registra entre los más jóvenes por la política, el 55,2% considera que la democracia es la mejor forma de gobierno, aunque no vota,  toda vez que piensa que la democracia va más allá del ejercicio electoral. 

“Esta investigación es la radiografía de una generación inquieta, crítica, disgustada y que desconfía en las instituciones de la democracia representativa. Queda también claro que a los jóvenes si les interesa la política y mucho. Participan, pero no a través de partidos o votaciones cada cuatro años. Lo hacen por causas democráticas y a través de las redes sociales”, concluyó el viceministro del Interior, Luis Ernesto Gómez, sobre el estudio.

Tendencia hacia la izquierda y el progresismo

El Proyecto de Opinión Pública de América Latina dejó en evidencia, igualmente, que el 27,2% de los jóvenes (1 de cada 4) se considera de izquierda, lo que ha significado un aumento del 16,7%  de esa tendencia en los últimos 13 años.

Los resultados del estudio muestran, también, una inclinación hacia el progresismo, pues los encuestados se mostraron mucho más a favor de los temas  que generan más debate en la sociedad como la diversidad sexual, la eutanasia, el divorcio, el consumo de marihuana, el sexo antes del matrimonio y el uso de anticonceptivos.

En contraste, apenas un 14,9% dice ubicarse en la derecha, 16 puntos menos que en 2004, cuando un 31,5% de la juventud se consideraba afín a esa posición política e ideológica.

Este panorama indica que si los liderazgos políticos independientes logran devolverle la confianza a los jóvenes, eventuales candidaturas como las de los senadores Claudia López,  Antonio Navarro y Jorge Robledo; al igual que las del exgobernador Sergio Fajardo y el mismo Gustavo Petro podrían revivir el fenómeno suscitado por Antanas Mockus, como se ha empezado a ver nuevamente en las redes sociales.

“Las nuevas generaciones están experimentando profundas transformaciones en la forma como se aproximan y vinculan a los debates políticos. Por este motivo, entender sus opiniones, actitudes y comportamientos en la arena pública es de vital importancia para descifrar el futuro de la democracia”, consideró Miguel García, director del Observatorio de la Democracia de la Universidad de los Andes.  

En descauerdo conlos procesos de paz

Uno de los datos que llama la atención del estudio de Barómetro de las Américas, es la desaprobación de los jóvenes colombianos a la salida negociada al conflicto.

De acuerdo con los resultados, el 62,8% dijo estar en desacuerdo con la posibilidad de poner fin a la confrontación armada por la vía del diálogo y el 35,7% no simpatiza con el Acuerdo de Paz.

Estas cifras contrastan con lo que se vivió el año pasado en el país, por cuenta de la victoria del ‘No’ en el plebiscito, cuando fueron justamente los jóvenes los primeros en movilizarse para presionar una renegociación y así impedir que lo logrado en La Habana se fuera al piso.

Durante varias semanas, delegaciones de jóvenes de todo el país se tomaron de manera pacífica la Plaza de Bolívar, en Bogotá, en un campamento que buscaba llamar la atención de los sectores políticos que tenían en sus manos el futuro del acuerdo.

Pero, contrario a lo que se vio en las calles durante 2016, la encuesta también señala que apenas el 13% de los jóvenes se muestra preocupado por los problemas de violencia, el 11% por el desempleo, el 10% con la seguridad, el 9% con la delincuencia, el 7% con la economía, la corrupción y el conflicto  y tan solo a un 3% le genera inquietud lo que tiene que ver con la salud y la desigualdad.

No obstante, otros resultados dejan ver que pese a la reticencia de la juventud frente a los temas del conflicto, muchos creen en la reconciliación y el perdón.

Así, por ejemplo, el 50,9% aceptaría que en el colegio de su hijo estudien hijos de desmovilizados (más del doble que los adultos mayores) y el 47% también consentiría que en la empresa donde trabaja le den empleo a un desmovilizado.

Otros datos del estudio

La participación de los jóvenes en espacios locales y comunitarios se ha duplicado en los últimos  tres años,  al igual que su participación en las Juntas de Acción Comunal que se duplicó en los últimos ocho años.

Cuatro de cada 10 jóvenes se informa a través de las redes sociales y tres de cada 10 a través de portales web.

Dos de cada 10 jóvenes, en el 2016,  participaron en protestas y marchas convocadas por las redes sociales. La acción política se gesta en redes y pasa de la plaza virtual a la calle.

Los jóvenes no comentan la información que consumen, pero en cambio cinco de cada 10 dan clic en ‘me gusta’ en las redes, y cuatro de cada 10 comparten los enlaces de los contenidos que consumen. En este sentido, los jóvenes son influenciadores políticos de primer nivel.