A un lado van los analgésicos (acetaminofén, ibuprofeno y diclofenaco) junto a ellos están los antibióticos, antigripales y una que otra pomada (crema) para las raspaduras.

Para la mamá o cualquier miembro de la familia los analgésicos son los más importantes, porque “les ayuda a disminuir o erradicar el dolor”, según ellos.

Si alguien en la familia presenta gripe, la cura dependerá de la prontitud con la que se actué, de lo contrario, los antibióticos están listos para el dolor de garganta.

El anterior cuadro familiar es la descripción de la mayoría de los hogares que se automedican en Colombia, sin tener en cuenta los riesgos y peligros que se comentan a diario.

El médico Marco José Camacho explicó que la automedicación es una práctica muy común en el mundo y pese a que existen diversos factores que buscan disminuirla, la facilidad al acceso médico es el resultado de consecuencias donde en algunos casos se compromete la vida.

Camacho define la automedicación como la práctica deliberada que algunas personas practican al usar fármacos, hierbas o sustancias caseras, sin ninguna formulación y observación médica, durante o antes de una enfermedad.

Para el médico Reinel Garnica, el asunto es mucho más grave. “Cuando las personas deciden automedicarse, no sólo atentan contra su integridad física sino también contra la de todos, pues estamos en un mundo donde cada quien se convierte en un espejo para el otro” asegura Garnica.

“Una familia, por ejemplo, es irresponsable a la hora de autoformular a sus hijos sin conocer realmente el tipo de enfermedad que presenta”, añade el médico.

Por otra parte, Camacho sostiene que mucho se ha dicho sobre las consecuencias, pero poco se aplica.“En donde más hemos hecho advertencia, menos se tiene cuidado. Es decir, con el acetaminofén las advertencias sobran, pero siempre se ignora lo delicado del asunto, por ejemplo, cuando se toma sin observación médica puede llevar a falla hepática (la incapacidad del hígado para llevar a cabo su función sintética y metabólica, como parte de la fisiología normal) o una falla renal (ocurre cuando los riñones paran de trabajar por si mismos)”, agregó Camacho.

En 2014, el Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos  (Invima) emitió una alerta en la cual sugiere no exceder la dosis del acetaminofén en 4 gramos al día.

Una tableta de acetaminofén contiene 500 mg (0,5 gramos) por lo que con 8 tabletas ya se excede la dosis del día, llevando a una falla hepática.

Según Camacho, algunas personas consumen hasta dos o tres tabletas cada 6 o 4 horas para manejar el dolor o fiebre, sin ninguna observación médica.

Pero, el asunto no se queda en el acetaminofén, le siguen los famosos antibióticos, algunos de ellos prescritos por algún farmaceuta de manera  irresponsable.

“En los hogares los antibióticos son los más usados para tratar las infecciones de tipo bacteriana, por ejemplo, para un simple dolor de garganta lo primero que se automedican es la amoxicilina; por eso, la faringoamigdalitis (infección de la faringe y de las amígdalas, es decir, de la garganta y de las anginas)  producida por el streptococcus pyogenes (bacteria), se hace resistente a este antibiótico teniendo que usar fármacos más potentes”, agregó Camacho.

Para el profesional, la población desconoce que la mayoría de dolores de gargantas en el mundo se producen por afecciones relacionadas con virus respiratorios para los cuales no se usan antibióticos. Y ni hablar de los antigripales, que se usan  mucho sólo por tener venta libre, además de sus efectos sobre el sistema nervioso, las personas desconocen que usarlos de manera irresponsable trae consecuencias cardiacas y neurológicas.

Camacho indicó que el uso descontrolado de vitaminas puede producir alteraciones de tipo hormonal.

“Estos son quizás los más usados en nuestros jóvenes, quienes se automedican de manera exagerada sin saber que pueden tener problemas hormonales.

Sin embargo, el médico sostiene que el desconocimiento no sólo se trata de medicamentos farmacéuticos sino también de los suplementos y remedios naturales.

“La gente cree que estos remedios o suplementos caseros son inofensivos, sin embargo, es necesario alertar que no siempre es así, ya que los compuestos pueden generar efectos secundarios que pueden interactuar de manera negativa”, aseguró Camacho.

Las consecuencias, las cuales en algunos casos pueden ser tan severas que comprometen la vida o dejan secuelas incapacitantes para toda la vida, son tan leves como una sensación de ahogo o tan severas como choque anafiláctico. Sin embargo, existe unas más frecuentes que otras.

Consecuencias

Enmascaramiento de la enfermedad.

Complicación de la enfermedad como tal, adicionando otros daños potenciales.

Efectos adversos como lo son (vómito, diarrea, alergia, cefalea, náuseas y vértigo).

Pérdida de efectividad farmacológica del medicamento.

Resistencia bacteriana disminuyendo el efecto de acción de los antibióticos

Adicciones.

Intoxicaciones severas.

Secuelas orgánicas y corporales para toda la vida.

La muerte.

Recomendaciones

No tome medicamentos por iniciativa propia. Ante la presencia de un síntoma persistente o una enfermedad, consulte a su médico.

Si insiste en tomar medicamentos sin una buena indicación y supervisión médica puede agravar los problemas de su salud.

No aconseje sobre medicamentos ni deje que lo aconsejen al respecto, recuerde que lo que es bueno para unos, puede ser perjudicial para otros.

No consuma a la ligera los productos naturales, tómese el tiempo de estudiar sus características y sus riesgos.