“El olor a veces es insoportable. Uno los ve a toda hora fumando o inyectándose. Lo más grave es que eso también lo ven los niños, porque es la vía principal”, así describió un vecino del barrio Santo Domingo, en Cúcuta, el foco de drogadicción al que se enfrentan a diario en la calle 25 con avenida 8. 

El habitante, quien prefirió no dar su nombre por temor a represalias, destacó que el sitio, en donde a veces hay entre 20 y 30 consumidores de estupefacientes, es una callejuela, la cual queda frente al parada de busetas de la comunidad.

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“Estamos cansados de esta situación, pedimos a la Policía que refuerce sus controles y el patrullaje. El otro día, estas personas dejaron regado aceite de motor frente a mi casa y en ocasiones he encontrado a algunos durmiendo en los sardineles”, denunció el habitante.

Otro de los residentes indicó que la situación de drogadicción es a toda hora y a veces él los ha corrido del lugar, pero al rato regresan. Agregó que los uniformados de la Policía Metropolitana de Cúcuta (Mecuc), que vigilan el barrio, también los han hecho irse, pero esas advertencias de nada sirven.

Los moradores esperan que las autoridades de la ciudad actúen de manera contundente contra este problema que se evidencia en diferentes sectores, uno de ellos el monumento Cristo Rey, en la avenida 4 con calle 19 de la zona céntrica, el cual se convirtió en el espacio predilecto de los consumidores de sustancia psicoactivas, según los habitantes.

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En el parque infantil y demás espacios de la cancha Arístides Salazar, en el barrio Aeropuerto, también ocurre lo mismo, en donde los días viernes, de acuerdo con los vecinos, se da una “fumatón”.