‘Vamos Colombia’ es una apuesta de voluntariado corporativo que busca acercar al sector privado con aquellos que han sufrido los rigores de la violencia.
Un voluntariado que le apuesta a la inclusión y la reconciliación
El conflicto armado que por décadas ha golpeado al país, dejó marcas imborrables y dolorosas en millones de colombianos, de todas las regiones.
Cicatrices que para muchos ciudadanos son desconocidas y les resultan indiferentes, por esa misma desconexión que durante años ha existido entre la Colombia urbana y la rural.
No obstante, el acuerdo de paz que fue posible con las Farc en 2016, permitió abrir las dolorosas páginas de la guerra y acercar a muchas más personas con esas desgarradoras historias de sufrimiento, pero también de superación.
Aunque todavía falta mucho por recorrer y experiencias como la del plebiscito con el que se pretendía validar lo pactado en La Habana, muestran que la paz aún no logra poner de acuerdo a todos, lo cierto es que la realidad del conflicto hoy sí importa más.
El año pasado y como “una afortunada coincidencia”, la Fundación Andi, con el apoyo y financiamiento de la Usaid, decidió poner en marcha la iniciativa ‘Vamos Colombia’, una apuesta de voluntariado corporativo, mediante la cual se busca acercar al sector privado con aquellos que han sufrido los rigores de la violencia, para contribuir con su inclusión, hacerlos visibles ante la sociedad y ayudar a recomponer su tejido social.
La idea de propiciar entre los empleados un mejor ambiente laboral, un mayor rendimiento, relaciones más productivas y una cultura organizacional óptima, despertó la necesidad de explorar la propuesta de un voluntariado, como parte, además, de las prácticas de responsabilidad social empresarial e inversión social inteligente.
Sin pensarlo, la estrategia se concretó paralelamente con el proceso de paz, por lo que surgió la propuesta de hacerlo de la mano con la Agencia Colombiana para la Reintegración (ACR), ahora Agencia para la Reincorporación y Normalización (ARN), y el Ejército.
Esto, como una forma de aportar a las comunidades más vulnerables y, a su vez, permitir que los miembros de las organizaciones afiliadas a la Andi tuvieran esa visión de país que muchos no conocen.
“Si bien el voluntariado no depende necesariamente del proceso de paz, su desarrollo fue de manera paralela y al final terminaron unidos. Fue una afortunada coincidencia”, explicó Francisco Unda, gerente de la Andi en Norte de Santander
Francisco Unda, gerente de la Andi en Norte de Santander
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Una dinámica que conecta con la realidad
Aunque se ha tenido como un prejuicio que el sector privado es quizás uno de los más desconectados con las marcas que ha dejado el conflicto y que su relación no va más allá de los beneficios que pueda recibir a cambio, ‘Vamos Colombia’, ha permitido descubrir que tanto las empresas como sus trabajadores están más interesados en conocer y vivir, así sea durante unas cuantas horas, esa dura realidad que afrontan otros.
Durante el primer ejercicio, que tuvo lugar en el Cañón de las Hermosas (Tolima), conocido por años como el bastión de las Farc, más de 500 voluntarios de diferentes organizaciones decidieron adentrarse a esta mágica, pero golpeada zona, para ponerse en los zapatos de quienes por décadas sufrieron la crudeza de la guerra.
Por espacio de varios días, las personas que participaron pudieron intercambiar con los habitantes de la región sobre sus quehaceres diarios, conocieron la forma en que han sobrevivido al conflicto, cómo están saliendo adelante ahora que les cambió el panorama con la desmovilización de la guerrilla y saber cuáles son sus expectativas.
Como parte de este proceso, los voluntarios hicieron sus aportes para la adecuación de algunas obras de infraestructura y se involucraron en las tareas agrícolas.
En lo corrido de 2017, ‘Vamos Colombia’ se repitió en Chocó, con 100 voluntarios; Antioquia, 170; Magdalena, 260; Valle, 150, y Caquetá, 250 voluntarios.
“Las empresas están entendiendo que una sociedad más equitativa e inclusiva será la oportunidad para crecer y volvernos más competitivos”, señaló Isabella Barrios, directora ejecutiva de la Fundación Andi.
El aporte de las empresas
Además de dejar a disposición a algunos de sus empleados para que puedan adelantar el trabajo de inmersión en las comunidades, las empresas del sector privado que participan de esta estrategia de responsabilidad social, se han vinculado con donaciones económicas o en especie para los trabajos de adecuación que se desarrollan.
“La vinculación de las empresas se puede hacer de tres formas: la participación de los voluntarios, que para nosotros es lo más importante. Segundo, muchas veces vamos a requerir donaciones en dinero o especie, no es lo más importante, pero sí es necesario. Y tercero, la idea es poder conectar a estas comunidades con el mercado, con el sector empresarial, porque tampoco se trata de ir un fin de semana y hablar cosas bonitas y olvidarnos de las comunidades”, explicó Francisco Unda.
Así las cosas, además del vínculo que se genera entre trabajadores y víctimas del conflicto, otro de los propósitos de ‘Vamos Colombia’ es hacer que esas mismas comunidades que están sacando adelante proyectos productivos, se puedan convertir en proveedores de las empresas participantes.
“Lo importante es que dentro de las políticas de cada organización podamos empezar a incluir estos pilares: empleo inclusivo, encadenamiento inclusivo, compras inclusivas y distribución inclusiva”, explicó el representante de la Andi en el departamento.
Como parte de las experiencias que tuvieron lugar en 2017 en diferentes regiones del país, ya ha sido posible concretar varios negocios, para beneficio de algunas comunidades productivas.
“Vamos Colombia hace parte de nuestro componente de sensibilización como una forma de inspirar al sector privado a trabajar por la reconciliación y la inclusión, a partir de la visibilización de acciones concretas que le apuestan a la construcción de un país más equitativo, incluyente y reconciliado”, reiteró la presidenta de la fundación Andi.
‘Vamos Cúcuta’ será en Palmarito
La siguiente parada de la estrategia ‘Vamos Colombia’ será en Norte de Santander, una de las regiones más golpeadas por el conflicto armado.
En esta oportunidad, el punto seleccionado fue Palmarito, un corregimiento de Cúcuta que años atrás fue azotado por los paramilitares y que tiempo después quedó a merced de las bandas criminales quienes, aprovechando su cercanía con la frontera con Venezuela, llegaron a imponer su ley para sacar provecho de los negocios ilícitos.
A pesar de su suerte, los habitantes de la zona se resisten a la guerra y como parte de esa lucha por sobrevivir decidieron invitar a los promotores de ‘Vamos Colombia’ para que no solo comprendan su historia, sino la capacidad de resiliencia que han tenido para seguir adelante, a través de los cultivos de plátano, arroz, palma de aceite y otras actividades económicas.
“Estos frentes de trabajo son una excusa para que los voluntarios conozcan los proyectos de los campesinos y su decisión de vivir sin violencia y en negocios legales y de largo plazo”, aseguró Miguel Bautista, presidente de la junta de acción comunal de Palmarito.
A la jornada que se llevará a cabo entre el próximo 19 y 22 de julio se han vinculado un total de 120 voluntarios de empresas como Cemex, Cerámica Italia, Viviendas y Valores, Unión Vial Río Pamplonita, Aseo Urbano, Comfanorte, Palmicultores del Norte, Cens, Sura, Corponor, Procafecol, La Opinión, entre otras.
Los participantes se vincularán a las labores agrícolas de las comunidades y las huertas comunitarias, ayudarán con la adecuación y dotación de un centro comunitario y de la biblioteca de la escuela rural.
En el Centro Educativo Agualasal, sede El Suspiro, también se concertó con la comunidad el arreglo de la cancha de fútbol y el encerramiento del centro comunal, al considerar que es una prioridad después del retorno de las familias al corregimiento, tras el desplazamiento que sufrieron.
También habrá encuentros culturales para conocer la situación y las oportunidades de estas zonas de frontera en el posconflicto, talleres de transferencia de conocimiento y jornadas de diálogo para compartir historias y visiones de futuro.
Donatón de libros
Como parte de la recuperación de la biblioteca, la Fundación está invitando a los cucuteños y nortesantandereanos a donar libros, especialmente de literatura, física, química, ciencia y matemáticas, instrumentos musicales y juegos didácticos.
“La idea es que sean nuevos o estén en muy buen estado, para que los niños los puedan disfrutar y tener acceso al conocimiento”, manifestó Francisco Unda, gerente de la Andi en Norte de Santander.
Los libros se estarán recibiendo en la oficina de la Andi y en las empresas vinculadas al voluntariado hasta el 17 de julio.
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