Todo esperaba la secretaría departamental de Víctimas al comenzar el proyecto de producción y venta de fríjol y pimentón con 40 familias que antes cultivaban coca, menos que muchas de ellas no supieran cómo sembrar algo que no fuera este cultivo de uso ilícito.

“Fue muy triste ver que no tenían la capacidad para actuar en un sembrado distinto a la coca, como si estuviesen condenados a sembrarla”, contó Luis Fernando Niño, titular de la dependencia.

Pero resultaba apenas lógico, dado que la coca no necesita mucha agua, y hasta la llaman ‘la varilla’ por su resistencia.

“La pelan, la dejan desnuda y a las dos semanas retoña, no necesita mayor cuidado, y crece en cualquier terreno”, comentó el funcionario, aún sorprendido porque en estas zonas en las que la guerra ocupó el espacio de la productividad la mano de obra campesina por poco se pierde.

Sin embargo, la llegada del proyecto se hizo con asistencia técnica y la voluntad de los cultivadores de aprender, y pedir que se les enseñara a sembrar y a desarrollar las técnicas, cambió el panorama.

“Si llegan oportunidades distintas ellos las aceptan como un trabajo distinto y lo están recibiendo de buena forma”, resaltó Niño. “Antes, iban a la tienda y compraban el pimentón, o el huevo, y hoy recuperaron la vocación productiva, y quieren más capacitación”.

Nueva venta

Este miércoles se logró la venta de 20 bultos de yuca, por 800 mil pesos; 28 cajas de pimentón, por 420 mil pesos, y 1.468 kilos de fríjol acopi (fríjol blanco) por 5 millones 138 mil pesos, que están siendo comercializados en los mercados Betel, en Cúcuta, con la marca Paz Catatumbo.

La yuca no estaba contemplada, pero la gente aprovechó el transporte del camión que salió el lunes en la madrugada desde La Gabarra y pasó por Caño Indio (Tibú) hasta llegar a la capital.

“La gente está muy emocionada de continuar”, señaló Niño, y de hecho es muy probable que se concreten nuevas alianzas e inversiones.

El próximo lunes se dará a conocer un proyecto de cultivo de girasol en el que se necesitan 12 mil hectáreas de girasol cultivado mensualmente, oportunidad que con inversión privada cambiaría en poco tiempo 12 mil hectáreas de coca.

“También se ha dialogado con inversionistas de Israel y Estados Unidos para cultivos como stevia, sábila, y otros de corto plazo que aún necesitan transporte, reservorios cuando hay sequía, pero nos alegra que la gente ya cree en el gobierno, al menos en el departamental”.