La visita del general Alberto José Mejía, comandante de las Fuerzas Militares, fue el referente para que la fuerza pública y el gobierno reconocieran que la región del Catatumbo sí está sometida bajo el paro armado anunciado por la disidencia del Ejército Popular de Liberación (Los Pelusos), en medio de la guerra contra el Ejército de Liberación Nacional (Eln).

“El sufrimiento (de los habitantes) es real. El gobierno y sus Fuerzas Militares no pretenden minimizar la situación”, dijo Mejía.

Con esta afirmación, se aclaró que la situación de esta zona del departamento fluye bajo el orden de los grupos armados ilegales que delinquen en medio de los municipios que conforman esa región.

El alto oficial también reconoció que por la extensión del Catatumbo, no es posible que la fuerza pública cubra cada milímetro de las zonas urbanas y rurales que lo conforman.

“Ni en los próximos diez años se puede esperar que seamos capaces de cubrir todo el Catatumbo; podemos traer el Ejército de China, con 10 millones de soldados y no lo alcanzamos a cubrir”, dijo el general Mejía.

Asimismo, aseguró que luego de reunirse con algunas comunidades de esta zona, comprendió que además de los problemas de inseguridad, también influyen en esta situación la falta de inversión de índice social.

La disputa entre los dos bandos que mantiene a la población entre zozobra y miedo, por el dominio del narcotráfico, generó que se elevara al gobierno nacional una directriz para acercarse a la comunidad a través del diálogo y generar una estrategia entre el la población, el Estado y la fuerza pública.

Indicaciones

Entre las indicaciones que dio el general Mejía a los comandantes de la Policía y el Ejército de Norte de Santander, se resalta que se debe fortalecer el acompañamiento de la fuerza pública para garantizar el transporte público, así como el del sector agrícola y productivo de la región.

Asimismo, fortalecer la campaña policial-militar Esparta, que busca atacar a las estructuras que continúan en confrontación por el territorio.

Entre esta escena, Mejía enfatizó que le pedirá a Luis Carlos Villegas, ministro de Defensa, que se amplíen las recompensas por la información que conlleve a los cabecillas de Los Pelusos y del Eln que tienen su accionar en Norte de Santander.

También, se avanzarán en obras en los cascos urbanos del Catatumbo a través de los ingenieros militares, para disminuir la brecha social en esta zona.

El Ejército y la Policía garantizarán los vuelos helicoportados para que la Gobernación de Norte de Santander entregue las ayudas humanitarias para las familias desplazadas por esta guerra. Además, Mejía solicitó más patrullaje de la Fuerza Aérea.

“Nuestra preocupación es que el Catatumbo logre alcanzar condiciones de estabilidad y tranquilidad para el bien de la población” dijo el general Mejía.

El oficial aseguró que las instituciones del Estado se acercarán cada vez más a la comunidad y a la población afectada.

Un mes bajo el fuego

Desde hace más de un mes, el Eln y Los Pelusos desataron una guerra a sangre y fuego por la disputa del dominio del narcotráfico en esta zona. 

Cabe recordar que en el Catatumbo se produce cocaína que tiene como destino su exportación a Estados Unidos y Europa.

En medio de esta confrontación se ha generado una crisis humanitaria con desplazamiento de familias y múltiples asesinatos.

Eln libera líder social

En medio de una confrontación armada sin cuartel contra el Epl, la guerrilla del Eln liberó al líder social Jaider Santiago secuestrado hace ocho días en el Catatumbo.

El presidente de la junta de acción comunal de la Vereda La Muralla, comprensión rural del municipio de Teorama, fue entregado a una comisión liderada por el personero de esa población, abogado Evert Jesús Pallares Baene.

El vocero comunal había sido interceptado por miembros de esta guerrilla muy cerca del sitio conocido como Puente Rojo e internado en la zona montañosa.

Trascendió que se encuentra bien de salud y se reencontró con sus seres queridos. Se desconoce si es portador de un mensaje de la agrupación subversiva.

A raíz de la difícil situación vivida en la zona del Catatumbo muchos líderes sociales renuncian a sus cargos ya que sus vidas están en riesgo.