La más reciente visita de la secretaría departamental de Víctimas al Espacio Territorial de Normalización y Reincorporación de Caño Indio (Tibú) dejó una sorpresa para este despacho, pues se observó que ni el 30 por ciento de los hombres que allí se encontraban permanece en el territorio.

Así lo dio a conocer el titular de la dependencia, Luis Fernando Niño, quien explicó que la reunión se efectuó hace 15 días en la zona y la explicación que se dio de parte de las Farc es que “salieron a visitar a sus familias, a volver a sus casas”.

Según Niño, esto ocurrió después de que recibieran el primer pago del mínimo vital, “en medio del proceso de retorno a la sociedad”.

“Sin embargo, se dejó la observación a Jairo Quintero quien hace parte del comité de reintegración, para que se definan datos concretos, porque se avecina la Justicia Especial para la Paz (JEP) y se debe dejar claro cuántas personas que están en Caño Indio se acogerán o no a la JEP y cuántos se quedan en el territorio”, aclaró el funcionario.

Agregó que de parte de la secretaría, “vamos a presumir de la buena fe, de que están visitando sus hogares y que van a retornar”, teniendo en cuenta que recibirán el segundo o tercer pago del mínimo vital directamente en Caño Indio, lo cual los obligaría a regresar.

Advirtió que los riesgos de que estas personas reincidan en la insurgencia o terminen en una disidencia “están presentes” pero recordó que quienes cometan este tipo de acciones saldrán inmediatamente de la JEP.

Blindaje de la paz

Niño también mencionó la favorabilidad de que se blindara el acuerdo de La Habana, con el fin de que se evite cambiar las reglas de juego “porque eso sería un problema”.

“La debilidad más grande que tiene el acuerdo son las elecciones presidenciales, porque se está anteponiendo al debate político”, comentó. “Eso es como pedir la validez del matrimonio y pedir ADN cuando ya han nacido los hijos; allí lo que hay que hacer es amarse y consentirse, y haciendo esta analogía lo que no se puede poner en el debate electoral es el acuerdo”.

También dijo que “los miembros de las Farc han jurado que su única arma es la palabra pero cuando se incumple lo que se pactó ¿qué queda? Ahí es donde Colombia tiene que ser muy sensata porque tendríamos en riesgo no solo la seguridad del Estado y la implementación del acuerdo, con desenlaces que pueden ser fatales”.