Más de 1.000 personas desplazadas de las zonas rurales de Cúcuta y Tibú recibieron asistencia por parte de los socios de la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) en Colombia.

Las actividades complementaron la asistencia brindada por las instituciones gubernamentales locales y siguieron a dos misiones de evaluación en las áreas de acogida de los nuevos desplazados, incluidos 325 venezolanos adultos y más de 330 niños.

Entre las estrategias de apoyo, las entidades de cooperación internacional entregaron 1.123 kits de alimentos, 1.080 artículos no alimentarios, 445 kits de agua, saneamiento e higiene y 370 kits de bioseguridad para proteger a estas personas de la pandemia de la COVID-19. 

“También desplegaron brigadas de nutrición y salud primaria y brindaron educación de emergencia y asistencia de protección. Este esfuerzo conjunto de evaluación y respuesta de necesidades contó con la participación de más de 15 organizaciones”, indica la nota de prensa de OCHA.

El desplazamiento de este grupo de personas se produjo como consecuencia de un grave deterioro de la situación en la frontera colombo-venezolana, particularmente en la zona de Cúcuta y Tibú, debido a la ‘guerra’ entre grupos armados organizados por el control del territorio, cultivos ilícitos y rutas estratégicas de evacuación.

Cuatro masacres ocurrieron en la zona solo en los últimos dos meses, con  24 muertos, y generaron desplazamientos masivos de civiles en comunidades a lo largo de la frontera, tanto en Venezuela como dentro de Colombia. 

Respuesta rápida

El grupo de socios humanitarios que opera en Norte de Santander ofreció el apoyo a las autoridades locales para llevar a cabo evaluaciones de necesidades y protección y brindar asistencia.

Sin embargo, las capacidades de respuestas a estas comunidades vulnerables siguen siendo limitadas, especialmente a la luz del desplazamiento prolongado previsto de algunas de las personas afectadas. 

“La situación en la zona sigue siendo extremadamente tensa y volátil, lo que impide un regreso seguro a sus hogares. Dada la dinámica actual, se espera que la situación siga siendo compleja en los próximos meses”, precisa el comunicado de la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios.

La entidad de cooperación internacional expresó su preocupación por la situación que atraviesa la región. 

Primero, por el aumento de los casos de la COVID-19, que suman casi 6.000 casos reportados hasta ahora. Explican que esto ha llevado al límite las capacidades sanitarias, que se encuentran en un 99% de su ocupación en cuanto a las unidades de cuidados intensivos.  los exponen cada vez más a numerosos riesgos de protección debido a las actividades de grupos armados organizados”, precisa el documento.

“Al mismo tiempo, miles de migrantes venezolanos continúan reuniéndose en la frontera intentando regresar a su país de origen, mientras que se cree que los movimientos irregulares a lo largo de la fronteraEn el informe enfatizan que mientras el país se recupera del incremento en el registro de casos de coronavirus y el impacto en lo económico de los cuatro meses de confinamiento, “los grupos armados organizados han intensificado sus acciones, agravando la compleja situación humanitaria en el país”. 

Balance de los desplazamientos

Según el informe de prensa de la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios, en lo que va del año, se han reportado 25 masacres que han provocado la muerte de 95 personas, así como 53 incidentes de desplazamiento masivo que afectaron a unas 17.000 personas. 

Se cree que hay muchas más personas desplazadas, porque los movimientos de población suelen producirse inmediatamente después de las masacres, pero la información al respecto tarda más en obtener.

Los grupos armados también han sometido a unas 53.000 personas, el 60 por ciento de las cuales vive en Norte de Santander, a confinamiento forzoso.