El crecimiento desordenado de Cúcuta, los vertimientos enviados al río Zulia y los problemas derivados de la deforestación en la parte alta de la cuenca fueron las preocupaciones de las que se habló este miércoles en el debate por este afluente, que lideró la Asamblea del departamento.

Para el secretario departamental de Aguas, Francisco Bermont, el conflicto más delicado es el de los vertimientos, en especial porque “ni el 20 por ciento de los municipios tiene plantas de tratamiento de aguas residuales”.

Agregó que para resolver el problema es necesario que se cree un esquema general, bien sea con empresas prestadoras de servicios adscritas al municipio, o cooperativas, que logren el pago del servicio y, con esto, recaudar suficientes recursos para invertir en la protección de las aguas, “que en un municipio de sexta categoría, perfectamente pueden llegar a los tres mil millones de pesos”.

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Bermont reiteró su preocupación por el envío de aguas contaminadas a Venezuela, en virtud de que “el 90 por ciento de las cuencas se convierten en transnacionales y estamos trasladando un problema al otro país”.

En este sentido, sugirió al orden nacional destinar recursos especiales y bolsas comunes para dar soluciones binacionales para salvar la mayor riqueza de la región, como es el agua.

En el debate también se señaló la falta de planeación que ha tenido Cúcuta al “salirse” del perímetro sanitario, con un desarrollo descomunal de los barrios periféricos e invasiones, que no tienen obligación  alguna de tratar sus aguas, y que sumados a más de dos mil viviendas que vierten aguas negras al río, empeoran la condición hídrica binacional.

“La deforestación, la falta de conciencia y el descontrol están llevando a un detrimento muy rápido del recurso hídrico”, señaló el secretario.

Los participantes pidieron más contundencia en las acciones de Corponor, como autoridad ambiental, con un plan estricto de control y seguimiento al agua.