Un grupo de 23 obreros que trabajaban en la construcción de las viviendas del nuevo Gramalote, y quienes lideraron un cese de actividades este fin de semana por incumplimiento en el pago de salario, logrraron que se saldara la deuda, pero a costa de sus trabajos.

El grupo de empleados bloqueó el acceso al pueblo, tal como otros de sus compañeros hace un mes, por el mismo motivo, pero en aquel momento su salida se debió a la salida de uno de los contratistas.

“El sábado, cuando nos iban a pagar, pasaron un papel para firmar”, dijo Jorge Pérez, uno de los trabajadores. “Creo que era una carta de despido, pero no la dejaron leer”.

Según el extrabajador, la Unión Temporal Nuevo Gramalote no les reconoció liquidación alguna, y tampoco pagó horas extras, que dicen haber laborado.

Según los trabajadores, se les dijo que no había transporte para llevarlos a la obra, pero otro de ellos se comunicó con una cuadrilla a la que, al parecer, también se le adeuda salario desde marzo, “pero como no protestaron, sí pudieron trabajar”.

También hay testimonios que indican que un grupo de trabajadoras del aseo no tiene sueldo desde febrero, y que a los restaurantes que venden comida a los obreros se les estaría debiendo.

Ricardo Carvajal, vocero de la Unión Temporal, aseveró que la salida de los obreros pudo ocurrir por una renovación de personal, “lo cual es normal, y además ellos son empleados de los contratistas”.

“Algunos no fueron a trabajar hoy, tal vez porque solo son tres días de labores, y al ser jurídicamente independientes no podemos obligarlos”, dijo, a la vez que señaló que hace 15 días se envió una solicitud al Fondo Adaptación con el fin de que se tengan manejos financieros más precisos, que permitan mejorar el flujo de caja.

Por su parte, el Fondo respondió que se está hablando con todos los contratistas para aplicar mecanismos jurídicos, sanciones o pólizas a las haya lugar si esto se repite.