Los campesinos que habitan en los páramos Santurbán y Almorzadero le enviaron un mensaje perentorio al presidente Juan Manuel Santos: ‘primero muertos, que dejarnos sacar de nuestras tierras, así por así”.

En Silos, Mutiscua, Villa caro, Chitagá, Bábega, Cácota, entre otros municipios parameros, no hay ningún campesino que piense distinto. Todos dijeron estar dispuestos a dejar su vida en la lucha por defender los páramos en donde tienen sus huertas y de donde se alimenta la despensa de nortesantandereanos y santandereanos.

Alejandro Duarte, de 75 años, campesino de la vereda El Aventino, en la parte alta de Mutiscua, va más allá que todos sus colegas de labranza: “Señor presidente Santos, antes de entregar en concesión el páramo Santurbán a los árabes, primero debe construir un cementerio, para quedar todos ahí”.

La sentencia de Duarte es porque se está a la espera de una nueva delimitación del territorio del páramo Santurbán, después de que en una primera que se hizo por el ministerio de Medio Ambiente, que fue tumbada por una tutela interpuesta por organizaciones campesinas de Santander, se restringía toda actividad económica en ese territorio, incluida cualquier clase de cultivo de huerta o simplemente tener una vaca en la parcela.

Para esta nueva delimitación, la Corte Constitucional concedió al Gobierno Nacional plazo hasta el próximo 17 de noviembre para tenerla lista, “solo que presentimos que están corriendo para presentarla antes del 7 de agosto que se termina el periodo del presidente Santos”, dijo Germán Salamanca, presidente de la mesa departamental de agua.

Por eso, este lunes, esta mesa permanente se reactivó para intensificar el trabajo de defensa del páramo Santurbán.

En este escenario tienen asiento el gobernador, William Villamizar, Corponor, la Asamblea Departamental, miembros del acueducto metropolitano y gremios del departamento, actores que tendrán esta misión en las mesas de trabajo convocadas por el Gobierno Nacional para explicar los alcances de la nueva delimitación que se piensa hacer, y que escogió como primer escenario a Ábrego, el próximo 3 de marzo, para hacerlo con las comunidades de este y las de Bucarasica y Villa Caro.

“Lo interesante en estas mesas es que ahora vamos unidos a defender no solo el páramo y el agua, sino los derechos de las comunidades campesinas, porque no puede ser posible que en la primera delimitación que se hiso se le prohibió a la gente del campo tener un cultivo”, dijo Salamanca.

La Corporación autónoma regional para la defensa de la frontera nororiental (Corponor) en un comunicado fijó su posición respecto de las mesas de trabajo para hablar con las comunidades de la nueva delimitación: “la entidad solo participará en las mesas programadas por el Gobierno Nacional, en atención al reciente fallo de la Corte  Constitucional”.

Sergio Niño, funcionario de Corponor y quien ha estado al frente de la entidad en el tema de los páramos, ayer dio a conocer a los integrantes de la mesa departamental de agua el trabajo que se ha hecho hasta ahora en cuanto fijar las pautas para garantizar los derechos de las comunidades que viven en los páramos.

La entidad, dijo el funcionario- tiene lista una zonificación predio a predio en páramos, que hace ver la realidad del territorio, y donde se muestra la verdadera situación ambiental del departamento, que señala que hasta ahora el páramo está bien conservado.

Voz de un experto

Para el ambientalista Alejandro Guerrero, el gran problema ambiental de la minería, del proyecto de Minesa, es que se va a hacer en el bosque alto andino, unos metros por debajo del páramo, en el bosque de niebla, ecosistema que, con un método diferente, también ayuda y hace su importante aporte para la formación en el ciclo hidrológico del agua en nuestras montañas.

Guerrero señala que  cuando se dice que en las montañas del mundo nace el 80% del agua que usan los seres humanos para su desarrollo, se refieren no al páramo únicamente, se refieren a toda la montaña. Y es en esa montaña, en ese compartimiento ecológico llamado bosque alto andino o bosque de niebla, donde el presidente Santos, su ministro de Minas, Ambiente y el Anla autorizarán a Minesa a desarrollar un proyecto minero que cambiará la realidad de Santander y Norte de Santander sobre las dos vertientes de la cordillera oriental, cuando el agua comience a escasear.