A pesar de ser la ciudad que más contamina al agónico río Pamplonita, pues a su lecho vierte el 75 por ciento de las aguas residuales, los cucuteños no se resisten a dejar morir su insignia acuática.

Al menos así lo demostraron el domingo con la respuesta que dieron unas cinco mil personas a la campaña simbólica ‘El río soy yo’, que invitaba, de manera simbólica, a arrojarle agua a su lecho.

Por eso, la mañana del domingo, la avenida Los Libertadores no fue para la ciclovía, sino para albergar a los solidarios que acudieron desde todos los estamentos públicos y privados, al igual que de las diez comunas de la capital nortesantandereana.

Las gentes que atendieron la cita de la Corporación Autónoma Regional para la Frontera Nororiental (Corponor), la Alcaldía, la Gobernación, la Policía y el Ejército, llegaron convencidas de que ‘inyectarle’ un poco de agua no va a revivir al río de su actual estado.

“Lo que pretendimos fue crear conciencia en los ciudadanos de la importancia de cuidar nuestro río insignia y los demás cuerpos de agua del departamento, porque es ahí donde se desarrolla la fuente de vida”, dijo el director de Corponor, Gregorio Angarita.

Hubo familias, como la Martínez González, que acudió a la cita motivada por la urgente reacción que se debe producir para que el río no se siga contaminando como ahora.

“Si seguimos creyendo que esto es responsabilidad solo de Corponor, de la Alcaldía o la Gobernación, nuestro río jamás se recuperará”, dijo el abogado José Antonio Martínez.

Angarita dijo que hay que seguir mirando el río con los mismos ojos y carácter de ayer, al tiempo que solicitó a la Gobernación y a la Alcaldía redoblar los esfuerzos para que se construyan las plantas de tratamiento que se necesitan para no seguir vertiendo aguas  servidas a su lecho.

El ambientalista Jairo Huertas puso a reflexionar al señalar que para salvar el río Pamplonita no se necesita más que una inyección de cultura ciudadana, “porque es la mano del hombre la que lo está destruyendo”.

*La Opinión