La comunidad Motilón Barí reunida en el resguardo Shubacbarina (Teorama), pidió al gobierno departamental la instalación de una mesa de concertación para discutir las necesidades históricas que padecen y proyectar una mejor calidad de vida para los indígenas.

La petición la hicieron al manifestar su descontento por no haber sido tenidos en cuenta en la elaboración del Plan de Desarrollo de Norte de Santander, por lo que  aseguraron que acudirán a estancias jurídicas para demandar dicho plan puesto que no se tuvieron en cuenta las necesidades de su pueblo.

Y es que según, Juan Titira Aserndora, delegado de las autoridades indígenas tradicionales, ni sus ancestros los salvan del retardo en las ayudas estatales y requieren con urgencia de electricidad, programas de saneamiento básico, una escuela y un salón comunal independientes.

“La presencia institucional ha sido pobre y las necesidades básicas siguen insatisfechas”, le recalcó Titira a la gestora social, Cecilia Soler, al tiempo que le entregaba el documento con las peticiones de las 23 comunidades barí presentes en el Catatumbo.

Soler llegó al resguardo con una comisión de salud del Ejército para atender y escuchar las peticiones de los indígenas luego de que el estado no había llegado al lugar en por lo menos ocho años.

Las peticiones

En este espacio el pueblo solicitó la creación permanente de una mesa de concertación barí, la cuál debería conformarse en dos meses para tratar temas como: agenda política, vivienda, salud, educación, territorio,  economía, cultura propia, medio ambiente, deporte, infancia y adolescencia, justicia propia y derecho indígena, saneamiento básico, medios de comunicación, género y nación barí. 

Titira exigió además, a nombre de su comunidad,  la ejecución de un proyecto de vivienda para frenar el hacinamiento por el que  atraviesan las 23 comunidades barí.

En el mismo documento consignaron que les urge una dotación de medios de transporte que permitan trasladar a los niños y adultos hacia el casco urbano en caso de emergencia. En la misiva apuntan dos camionetas, tres embarcaciones fluviales y cinco mulas, pues para ir hasta La Gabarra, la población más cercana, gastan dos horas de camino a pie y una media hora más en canoa.

Con los sistemas de transporte pretenden una evacuación rápida de alguno de los 3.200 indígenas  distribuidos en  cinco municipios de Norte de Santander.

Otro de los requerimientos de la comunidad tiene que ver con la construcción de cuatro polideportivos para las comunidades: Iquiacarora (El Carmen), Shubacbarina (Teorama), Brydicaira (Convención), para que sus niños puedan jugar su campeonato de fútbol barí con mayor comodidad.

La gestora social dijo que fue un logro acompañar a los 23 caciques y que el documento que le fue entregado se trasladará al despacho del gobernador, William Villamizar Laguado, para que sea revisado y se entreguen respuestas oportunas a los miembros de la comunidad motilón barí.

Ocho años de ausencia

Luego de ocho años sin que algún miembro del gobierno departamental llegara a tierras barí, una delegación de la Gobernación llegó hasta el resguardo acompañada  por el comandante de la Fuerza de Tarea Vulcano, general Hugo López y funcionarios de la Cancillería, del Instituto Departamental de Salud y del Sena.

La delegación institucional también llegó con atención médica y de vacunación, y con actividades lúdicas y recreativas para los niños.

A las inquietudes de los indígenas, el general López, respondió que “de parte de ellos hay un reclamo histórico por la no presencia del Estado, pero estamos celebrando que se iniciarán una serie de estrategias para que el gobierno local, departamental y nacional atienda los requerimientos de la comunidad indígena”.

El oficial manifestó que prueba de la voluntad de mejorar las relaciones fue la presencia de médicos militares y enfermeros, quienes hicieron valoraciones e iniciaron controles a los niños.

La Opinión