La propuesta de mínimos humanitarios que presentaron representantes de organizaciones sociales y población civil al Gobierno Nacional, al Ejército de Liberación Nacional (Eln), al Ejército Popular de Liberación (Epl) y a otros a actores armados, le apuesta a lograr la humanización de la guerra en la región del Catatumbo.

Al darse a conocer el documento en la Mesa Humanitaria del Catatumbo, por parte de ‘Vivamos Humanos’, el expresidente Ernesto Samper dijo que también se busca promover un cese multilateral del fuego por parte los diferentes actores armados que hacen presencia en un territorio arduamente disputado por estar allí sembradas unas 150.000 hectáreas de coca y por ser paso limítrofe con Venezuela.

La iniciativa le será expuesta, oficialmente, al Gobierno Nacional por intermedio de la Comisión de Paz del Senado de la República y el gobernador Silvano Serrano, y a los actores armados informales, a través de la Comisión de Paz y Vida Departamental y la Comisión Diocesana.

Se insistió en que la iniciativa es producto de la convergencia de voluntades entre los diferentes actores de la sociedad civil presentes en el territorio en el marco de su intención por alcanzar la paz, la tranquilidad, la armonía y la reconciliación en el Catatumbo.

Se dijo que a partir de las consecuencias y graves afectaciones que sufre la población civil producto de la confrontación armada, es importante el escalamiento humanitario en términos del respeto a la integridad y la protección de las personas que no hacen parte de este.

Organizaciones sociales del Catatumbo aprovecharon la actividad para presentar un desolador informe sobre el fuerte impacto que ha producido la guerra contra los derechos humanos. 

Las cifras de  asesinatos de líderes y lideresas sociales en Norte de Santander, entre 2017 y 2020, ascienden a 50, mientras que en ese mismo período han ocurrido 25 crímenes de exguerrilleros de las desmovilizadas Farc.

También, entre el 2017 al 2020 fueron desplazadas 60.110 personas en medio de disputas territoriales de actores armados. Asimismo, tras la agudización del conflicto armado se presentaron 7 masacres, y fueron víctimas 108 personas en minas antipersona.

En el mismo periodo, en Norte de Santander fueron secuestradas 55 personas ante la intensificación del conflicto armado y ante el incumplimiento del acuerdo de paz con las Farc.

Samper aclaró que ningún miembro de la Mesa Humanitaria del Catatumbo es firmante del acuerdo ni es parte activa del conflicto, por eso la propuesta está dirigida a los actores legales (Gobierno) e ilegales (guerrillas y bandas criminales).

Subrayó que los miembros de la Mesa Humanitaria serán facilitadores y se encargarán de hacer el seguimiento a la propuesta de acuerdo humanitario, en busca de que se garanticen los mínimos humanitarios en la región.

(El gobernador de Norte de Santander, Silvano Serrano, dejó en claro que su administración será garante de todos.)

Los mínimos

El acuerdo plantea siete mínimos humanitarios con los que se deberán comprometer los actores armados legales e ilegales presentes en la región.

Pero además, contempla una serie de acciones como no realizar ataques indiscriminados que puedan afectar a la población civil de forma directa o indirecta.
Evitar que existan objetivos militares al interior de cascos urbanos y lugares de alta afluencia poblacional.

No ocupar o atacar escuelas, iglesias o bienes de carácter civil. Esto comporta además las precauciones necesarias para evitar la proximidad de objetivos militares o ataques militares a la población civil.

1. Distinción entre combatientes y no combatientes.
2. Identificación de bienes civiles y sociales.
3. Minas antipersonal y municiones sin explotar.
4. Reclutamiento de niños, niñas y adolescentes (NN/A).
5. Movilidad de personas.
6. Fuentes de supervivencia económica.
7. Respeto a misiones humanitarias.