La urgencia para que el Gobierno Nacional reanude los diálogos con el Eln y se siente con el Epl para iniciar un proceso de conversaciones, y la petición para que los grupos armados que operan en San Calixto cesen la violencia siguen siendo las solicitudes de ciudadanos y autoridades de la zona.

Los motivos se acentuaron con el reciente homicidio de la promotora de salud Leddy Amaya Ramírez, que prendió las alertas y el temor en San Calixto, debido a que el caso tomó por sorpresa a los habitantes.

Según el personero de San Calixto, José Luis Franco, “una situación como esa nos preocupa, porque se trata de un feminicidio de una persona natural del municipio, y cuya muerte dejó mucho asombro entre la comunidad”, dijo.

Para el vocero del ministerio público, si bien es de conocimiento general que la situación de seguridad en la zona no es la mejor, debido a que es inocultable la presencia de dos grupos armados que operan activamente, “en el caso de ella no se sabe qué pasó”, en especial porque Amaya no había dado señales de amenazas o acusaciones en su contra.

“Por lo general, cuando hay amenazas contra mujeres en el sector, ocurren por señalamientos de que se trata de informantes”, declaró, y confirmó que algunas mujeres ya han sido amenazadas por ese tipo de hechos.

Además, las nulas pistas sobre la motivación del homicidio, le han hecho pensar a la comunidad que lo ocurrido con ella, podría pasarle a cualquiera.

“Lo que sí es cierto es que hay un tema de inseguridad muy grande, en especial porque acá la policía y el ejército no pueden salir, debido a que existe la modalidad de francotiro”, comentó. 

Tras la muerte de Amaya, el personero confirmó que “todos teníamos miedo”.

“Le solicitamos al gobierno que dialogue con ambos grupos, y a ellos, que investiguen más, y si van a tomar acciones que no atenten contra la vida de nadie; es preferible lidiar con un desplazamiento y no con la muerte de una persona”.