Los productores de papa de Pamplona, Pamplonita, Chitagá, Mutiscua, Silos y Cácota están al borde de la quiebra por cuenta de las importaciones del producto que tiene inundado el mercado provocando el desplome del precio de carga “que no da ni para pagar el costal en que se transporta”, según lo manifestado.

Los alcaldes que hacen parte de la Asociación de municipios de la provincia de Pamplona, mediante un pronunciamiento público llamaron la atención del Gobierno Nacional y el Ministerio de Agricultura, “para que se tomen acciones que permitan proteger la economía de la región especialmente la de 2.000 familias dedicadas a la producción de papa”. 

Manifestaron que las seis localidades de la provincia basan su economía en la producción agropecuaria de frutales, ganadería, especies menores y cultivos de ciclo corto como  hortalizas y papa, con un área sembrada de 2.300 hectáreas.

Manifestaron que en los últimos meses los productores han tenido que vender a precios que generan pérdidas, afectando la estabilidad económica, lo que se suma a la crisis de recesión generada por la pandemia de la COVID-19.

Los alcaldes le están solicitando al Gobierno buscar mecanismos de ley que regulen la importación de papa para proteger la economía agrícola del país, y crear un incentivo sobre carga de papa producida para que el campesino tenga garantía de financiación de los costos de producción. 

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El alcalde de Chitagá, Jorge Rojas, dijo que están pidiendo buscar  mecanismos para que la papa de la subregión tenga prioridad de compra en las cadenas de distribución de alimentos de Norte de Santander y departamentos vecinos.

Que se establezca un plan de transferencia tecnológica y asistencia técnica y de investigación agropecuaria, que les permita a los campesinos hacer un ordenamiento productivo, planificación de siembras, y avanzar en procesos de agroindustria que generen valor agregado. 

Sostuvo que sumado a la importación del producto, lo que más recienten los productores es el olvido del Gobierno y el cobro del Banco Agrario, quienes se endeudaron para pagar con la ganancia de la cosecha y ahora están en quiebra. 

El secretario de Desarrollo Económico del departamento,  Wilmar Arévalo, dijo que han visitado esas localidades para hacer una compra directa de papa, con la que los campesinos reciben el valor justo por la carga al  eliminar los intermediarios.

En Chitagá compraron  28 toneladas de papa y recientemente 65 toneladas (1.200 bultos) de papa a 30 pequeños productores de Mutiscua y Silos, para “darles la mano a nuestros papicultores que están atravesando una difícil situación”.

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Misael Gamboa, alcalde de Mutiscua dijo que es un mecanismo importante que demuestra el interés que tiene la administración de Silvano Serrano por favorecer el campo, particularmente cuando  los productores de papa están enfrentando pérdidas.

Explicó que en las partes más altas del municipio, arriba de los 2.400 metros sobre el nivel del mar, en veredas como La Plata, San Isidro, San Agustín y Sucre,  300 familias dedicadas al cultivo de papa en las variedades pastusa, criolla, única y suprema, están enfrentando serias dificultades por el bajo precio. 

El costo de producción de una carga (dos bultos) es de $40 mil pesos y la han tenido que vender a $20.000, cuando el bulto de abono que estaba a $60 mil subió a $90 mil, los costales para empacarlos cuestan cada uno $4.000, al igual que el alto costo de otros insumos.

Mutiscua es una despensa agrícola con más de 2.000 predios dedicados a labores agrícolas y producen además de papa, brócoli, coliflor, lechuga, apio España, apio, arracacha, fresa, durazno, curuba y se produce trucha, productos que se comercializan en centrales de abasto y plazas de mercado de Cúcuta, Pamplona, Bucaramanga, Bogotá y Medellín, entre otras ciudades.