La revolución del campo y una verdadera transformación de las condiciones de vida de quienes dependen de la tierra, son dos de las principales condiciones que se tendrán que resolver para lograr una paz duradera en las regiones.

Esta fue una de las reflexiones que hizo ayer el alto comisionado para la Paz, Sergio Jaramillo, en Cúcuta, donde presidió el foro ‘Construyendo paz desde las regiones’, en el que se analizó de qué forma departamentos como Norte de Santander van a ser protagonistas ante la eventual firma de un acuerdo de paz con la guerrilla de las Farc.

Jaramillo aseguró que dadas las condiciones de la región, la situación por la que ha atravesado el Catatumbo y en general las consecuencias que ha tenido que padecer el departamento, por cuenta del conflicto, Norte de Santander muy probablemente va a estar a la vanguardia de la implementación de la paz.

En ese sentido, aseguró que  solo poniendo punto final a la violencia que por más de medio siglo ha golpeado al país, la región va a poder recibir la ayuda que por décadas ha pedido a gritos la comunidad, especialmente la del Catatumbo.

De igual forma, consideró que el éxito del proceso y de su duración en el tiempo también tendrá que ir de la mano de la implementación de un desarrollo con enfoque territorial y en esto Norte de Santander deberá ser uno de los primeros en recibir la mano del Gobierno.

“La paz es una oportunidad para ponerle atención a todas las regiones y cómo lo vamos a hacer, implementando lo que dice el acuerdo: acceso y uso de la tierra. Tenemos que darle acceso a la tierra al campesino, pues está demostrado que la manera de reducir la pobreza en el campo es reactivándolo. A Cúcuta no le sirve seguir recibiendo migrantes del Catatumbo. Hay que apostarle al desarrollo, a la salud y la educación para poder tener paz”, insistió el delegado del Gobierno.

Jaramillo también se refirió a las Zonas de Reserva Campesina y reiteró que en La Habana, el Gobierno se ha mostrado dispuesto a apoyarlas, toda vez que esta es una figura  contemplada en la ley y difícilmente podría irse en contra de ellas. No obstante, advirtió que no será el Ejecutivo ni las Farc, quienes decidirán dónde podrían consolidarse, sino las mismas comunidades que están de acuerdo con su constitución.