A la espera del diagnóstico que dé la Corporación Autónoma Regional de la Frontera Nororiental (Corponor), tras los estudios de suelo que practicó hace unos 15 días, está la comunidad de la vereda La Popa, en Sardinata, ante el hundimiento de la vía y la aparición de grietas, situación que además llevó a la evacuación de la escuela, por el riesgo que corren los 28 alumnos. 

Mientras las autoridades evalúan la situación, los niños reciben clases desde hace 15 días en un rancho, con piso de tierra, sin agua potable y exponiéndose al sol, según lo confirmó Yuri Alejandra Ruiz, presidenta de la Junta de Acción Comunal (JAC).

Manuel Arturo Riberos, director de la escuela, señaló que radicó un escrito en la Gobernación el que expuso lo que ocurre y en el que pide una pronta respuesta del gobierno regional, pues es urgente reubicar a los pequeños.

“Anexé las actas de la visita de observación a la vereda por parte de Planeación de la Alcaldía, Inspección de Policía y de Corponor y la orden de desalojo inmediato de los estudiantes y viviendas cercanas”, también precisó que el lugar provisional en el que ven clases los niños fue prestado por una familia.

Por otra parte, la secretaria de Educación de Norte de Santander, Fabiola Cáceres, expresó que este jueves fue informada de la situación en La Popa, por ello comisionó a una ingeniera para que acuda a la zona y coordine junto a la Alcaldía una solución.

“Nos llegó el oficio del alcalde solicitando la reubicación. Vamos a evaluar si hay un lote disponible, en donde podamos construir dos aulas temporales, o si existe un lugar con la idónea infraestructura. Hasta el momento los niños no han perdido clase y por eso no nos habían informado”.

Vale recordar que Anelfi Balaguera, titular del Consejo Departamental de Gestión del Riesgo de Desastres, señaló a La Opinión hace cuatro días que el desalojo de la escuela “se hizo no solo por las condiciones de la escuela, sino porque los niños suelen utilizar algunos caminos aledaños y es mejor prevenir cualquier tipo de incidente”.

Preocupación

Los habitantes de la zona están muy preocupados, pues consideran que no se le ha prestado la debida atención a lo que allí sucede. 

“No estamos de acuerdo con la apreciación dada por el geólogo del Consejo Departamental de Gestión del Riesgo de Desastres, sobre que la remoción, al parecer, no obedecería a prácticas mineras, sino a deforestación y a actividades de ganadería. Pero el diagnóstico no nos lo han dado”, expresó. 

La dirigente vecinal enfatizó que sin los resultados del estudio de Corponor no se puede decir qué ocasiona el problema. Además, indicó que previo a la visita de esa entidad y del geólogo, estuvo la Inspección de Policía. “De ahí para acá, nadie se ha presentado en la zona a monitorear día a día lo que está pasando”.