Uno de los árboles más comunes en el municipio de Río de Oro (Cesar) y en los solares de los hogares ocañeros es el mango. En las fincas, la fruta se pierde, y para que las cosechas no se pudran, los productores de estos municipios se unieron para tecnificar el cultivo.

Así, fue creada la Asociación Proscesar con sede en Río de Oro, que cuenta con el apoyo de la Asociación de Municipios de la Provincia de Ocaña y el Catatumbo para la comercialización.

De acuerdo con el presidente de Proscesar, Geovanny Cárdenas Areniz, se busca que el cultivo de mango se inserte en la cadena económica, y para ello se está tecnificando.

“Buscamos conquistar mercados asiáticos y europeos”, dijo Luis Fernando Meza Guerrero, representante legal de Proscesar. “Para ello, se tienen como base a las familias del corregimiento Los Ángeles que entendieron la importancia de asociarse y plantaron 273 hectáreas de la fruta, con la meta de ampliarlas a 1.000”.

A la fecha, son 55 afiliados que han unido saberes y dinero para montar un vivero con semillas mejoradas y maquinaria para la selección de la fruta de exportación.

Vivero para todos 

En el vivero, según Cárdenas, se cumplen estrictos procesos con las semillas por medio de la floración inducida para aumentar la calidad.

A la par, se hizo el montaje de la planta de transformación, y se hace un diagnóstico para aumentar la rentabilidad en las hectáreas plantadas y que cuentan con certificados de buenas prácticas agrícolas.

Actualmente se tienen plantas de mango de las variedades: reina, tommy, keitt, filipino, palmer, ruby, julima, eduar, kent y like.

Iniciativa conjunta 

(En total, son 10 las variedades de mango que tienen plantadas los afiliados a la Asociación Proscesar.)

El presidente Cárdenas resaltó la unidad de los agricultores durante el año de intensas labores. “En 2016, se plantaron más hectáreas y a la fecha se tienen 140 en producción”.

Proscesar recientemente hizo una alianza con la Asociación de Municipios de Ocaña, para mejorar los cultivos y la comercialización interna.

“Le apuntamos a las buenas prácticas agrícolas como valor agregado”, dijo Cárdenas. “El producto se puede vender en pulpa y para mesa”.

Aseguró que en la zona, el famoso mango de hilacha es sabroso. Sin embargo, en las cadenas de comercialización no es atractivo. 

“Se fijan que no tenga fibra, en el tamaño, color y calidad. Por ello se está dando un paso a la variedad Tommy. Ahora no es cantidad sino calidad”, reiteró. “El vivero ha sido fundamental para el crecimiento sostenible”.