Un bombazo despertó a los habitantes de la vereda La Esperanza. El reloj marcó la 1:30 de la madrugada y mientras la hediondez se apoderó del ambiente en el corregimiento Guamalito del municipio de El Carmen, una mancha negra cubrió el suelo y las frágiles aguas de las quebradas El Cajón y Cimitarra.
La velocidad con la que el petróleo descendió de la montaña causó una muerte súbita a las especies de fauna y de flora. La espesa capa no tardó en llegar al caserío y fue el presagio de un agitado 27 de abril. (Lea: Derrame de Petróleo en Guamalito causó muerte súbita de fauna y flora)
Aquel jueves, quedó grabado como el día en que un atentado del Eln ocasionó una emergencia ambiental y social en Guamalito, distante 8 kilómetros de El Carmen.
“El día de la explosión todo fue un caos. Un penetrante olor se apoderó de las casas, en el ambiente se veía humo, la quebrada gramaba, el agua era amarillenta y cuando aclaró el día estaba repleta de petróleo”.
Así describió Luis Alfonso Cárdenas, de 48 años, como vivió la emergencia. Él, tiene una finca de 33 hectáreas y a escasos metros de la quebrada Cimitarra, dentro de sus predios, están los tanques de almacenamiento del acueducto local, los cuales se contaminaron.
“No tenemos agua ni para las gallinas. Tengo 21 vacas que aguantaron sed y los cultivos de plátano se quedaron sin riego. Normalmente llenábamos un tanque de 500 litros y los hijos estuvieron varios días con mareo, vómito y diarrea. Por descuido no los llevamos al médico”.
El primer día de la emergencia se atendieron en el puesto de salud, de acuerdo con la personera de El Carmen, Inés Rosalía Bustos Agudelo, 14 personas por inhalación de gases. Sin embargo, la cifra es mayor teniendo en cuenta casos como el de Luis Alfonso.
Cultivos secos
El petróleo que cubrió la quebrada Cimitarra también impactó a los agricultores, especialmente a los que tienen sus predios en la vereda El Cajón. Saúl Chinchilla Sepúlveda, de 50 años, contó que los cultivos de tomate, maíz, plátano y yuca; pueden perderse si no se riegan a tiempo.
“La finca es de 300 hectáreas. El día de la emergencia mis hermanos llegaron rápidamente y bloquearon los canales de agua para impedir que el crudo cubriera los cultivos”.
En tomate de las variedades mariana y roble tiene 30.000 plantas. Solo en semillas ha invertido más de $6,0 millones. Para el caso del maíz, tipo hibrido, en semillas el gasto es de $2,0 millones. De no regarse las pérdidas se triplicarán.
Acueducto sin servicio
La emergencia que se desató con la voladura del oleoducto Caño Limón-Coveñas afectó en su totalidad a la Empresa de Servicios Públicos de Guamalito (Emcagua), que para el acueducto toma el agua de la quebrada Cimitarra.
El crudo ingresó a las tuberías, a los desarenadores y a los tanques de almacenamiento. Por el hecho, el servicio está suspendido y el agua se lleva a los barrios en seis carrotanques.
Inicialmente fue agua cruda y actualmente es tratada con sulfatos para minimizar la turbidez. Así mismo, se distribuye agua potable llevada de acueductos cercanos.
El alcalde de El Carmen, Edwuin Contreras Chinchilla, referenció que el corregimiento es habitado por más de 5.000 personas y tienen agua potable todos los días las familias que se abastecen de la planta comunal del barrio Juan XXIII.
Para atender con celeridad la emergencia, el municipio decretó la calamidad pública y Corponor como autoridad ambiental autorizó captar agua de la quebrada Maracaibo para llenar los carrotanques. Dicha agua es tratada para minimizar la turbidez.
“Con Ecopetrol gestionamos dos motobombas para llenar con rapidez los carrotanques y el equipo de Salud Pública del municipio y del Instituto Departamental de Salud están capacitando sobre el riesgo de consumir agua contaminada. Además, hacen fumigaciones para evitar la propagación de zancudos”, argumentó el alcalde Contreras.
Así quedó el tubo del oleoducto luego del ataque del Eln. (Foto: Ecopetrol)
Pese a ello, decenas de habitantes del barrio Uribe Uribe están recolectando agua de la quebrada El Carmen, metros antes de unirse con la quebrada Cimitarra, contaminada por el derrame de crudo.
“Las familias traen en baldes el agua y no les importa que esté contaminada por la descarga de aguas negras. En esa zona los niños también se bañan y los olores fétidos son el común denominador”, dijo la habitante Olga Milena Chinchilla.
Para habilitar nuevamente la planta de tratamiento debe culminarse la limpieza del crudo en la quebrada. Así mismo, Ecopetrol aplicó pruebas al agua tratada que había quedado en la planta, la cual no fue contaminada. Sin embargo, por haber permanecido más de ocho días estancada, no se bombeo a la comunidad. Los tanques de almacenamiento y desarenadores fueron limpiados por personal técnico de Ecopetrol. Sin embargo, también deberá cambiarse un kilómetro de tubería para evitar que restos de crudo afecten la potabilidad.