Uno de los muros del nuevo Gramalote sirvió para que los jóvenes de Diverarte, agrupación de los muchachos gramaloteros avivaran una de las paredes grises con arte.

Para ello, en mayo de este año decidieron aprender la técnica del mosaico en cerámica, inicialmente con el maestro Lucho Brahim, quien los orientó hacia la intención de la obra, “para que quien la viera, sienta algo”, explicó María Camila Leal, una de las participantes.

“Siempre pensamos en el ave fénix, por el renacer de Gramalote”, dijo. “Incluimos el reloj lunar, para recordar lo que fue Gramalote”.

Al poco tiempo de definir la propuesta, Brahim enfermó, y aunque casi se dan por vencidos, encontraron eco en Cerámica Italia, que donó tres toneladas de material, de las cuales se usaron casi dos. El  mural está sobre miles de baldosas de 3 centímetros de lado.

Luego, con el maestro Jorge Hernández aprendieron la técnica y “después de la teoría nos dijo: arranquen, chinos”, relató Leal.

“Nos tocó rearmarlo muchísimas veces”, contó, recordando cómo los 19 integrantes se dedicaron pacientemente a cortar piezas de tres por tres centímetros, destinadas a una pared de 15 metros cuadrados.

Invirtieron cuatro semanas, para terminar “untados de mezcla, pero felices”.

“No pensamos que fuera a quedar tan bonito, y lo que más nos llena es que es lo primero que se ve”, puntualizó la joven, quien destaca que el muro ya es punto de encuentro para las fotos de los visitantes, que podrán esperar más colorido, pues la totalidad de la pared será llenada con otras propuestas, y técnicas variadas, a cargo estos jóvenes líderes.