Una de las metas de la Asociación Campesina del Catatumbo (Ascamcat), tras el paro de 2013, es la creación de un hospital de tercer nivel de complejidad que permita la atención de toda la comunidad que habita en esta zona.

Es decir, tener una infraestructura y equipos casi tan modernos como los del hospital Erasmo Meoz, de Cúcuta, pero localizado en Tibú.

De hecho, la pretensión va más allá del mejoramiento de la Empresa Social del Estado del pueblo petrolero, pues se habla de tener transporte medicalizado no solo en ambulancias, sino en sistemas fluviales y aéreos, con lanchas y un helicóptero.

Así lo reiteró César Jerez, vocero de la Asociación, para quien estas son las únicas alternativas que tienen los habitantes del Catatumbo “para no morir rumbo a Cúcuta, esperando que alguien los atienda”.

Según comentó, los municipios que tendrían el mayor beneficio son El Tarra, Tibú y Ocaña, pero el eje de atención se generaría en Tibú.

Sin embargo, la respuesta del gobierno regional es subir el grado de complejidad de primero a segundo nivel, únicamente, por dos razones.

La primera, que aún falta ajustar y evaluar con detenimiento la realidad del Catatumbo y las necesidades en salud, para confirmar si las enfermedades que allí padece la comunidad ameritan la presencia de un proyecto de tales características.

La segunda, que no hay condiciones ni garantías de atención para sostener con un hospital de tercer nivel, porque no hay talento humano que quiera establecerse en la región.

Según el director del Instituto Departamental de Salud, Javier Prieto, aunque no se ha dado un no rotundo a Ascamcat, sí se ha aclarado que hay otros factores asociados a la prestación del servicio, que no pueden ignorarse.

“Actualmente, no hay vías de comunicación, y solo si contáramos con ellas, podríamos solucionar el 60 por ciento de los problemas de salud”, mencionó. “Además, es innegable que tenemos un déficit de especialistas, así que tener una gran infraestructura sin personal para atender a los enfermos, no tiene sentido”.

Para Jerez, no basta con el fortalecimiento de la red departamental de salud actual, debido a que tiene un “enfoque institucional” que arriesga la inversión de recursos.

“En el sector salud es donde se presentan los mayores índices de corrupción y por eso proponemos un sistema de evaluación, verificación y participación de las comunidades con el fin de que se tenga un control estricto de las inversiones”, afirmó.

Agregó que ya hay una propuesta que se remitió al ministerio de Salud, para que preliminarmente se haga un mejoramiento de infraestructura de la ESE de Tibú, con 11 mil millones de pesos.

“Sin embargo, luchando hasta conseguir los resultados que nos ha dejado el paro, y será hasta que tengamos un hospital regional”, puntualizó.

Transporte sí hay

Aunque para los voceros de la Asociación Campesina del Catatumbo hay déficit de transporte para el traslado de enfermos, ya se han entregado más de cinco ambulancias para la región.

En enero de este año, la ESE de Tibú recibió cuatro ambulancias, una de ellas medicalizada, y el pasado 11 de septiembre la gobernación entregó una más para el centro de salud de El Tarra, con un costo superior a los 900 millones de pesos.

Pese a ello, los miembros de Ascamcat insisten en que faltan más garantías pues no solo se trata de tener medios de transporte, sino de que la comunidad reciba la atención más completa en los vehículos.

Además, insisten en la adquisición de un helicóptero y lanchas para el traslado de heridos de guerra, mujeres embarazadas, niños, ancianos, comunidad barí y todas aquellas personas que requieran el servicio y provengan de zonas alejadas, pese a que dentro de sus peticiones está el mejoramiento vial con lo cual se podría dirigir la millonaria inversión hacia otros sectores.