Este jueves se cumple un año de la desaparición de Henry Pérez, el líder comunal de La Gabarra, que desapareció en la vereda Trocha Ganadera, del municipio de Tibú.

Sobre su caso se han tejido varias versiones, en las que se ha culpado especialmente a las guerrillas que habitan y actúan en la zona: Farc y Eln.

Sin embargo, a los pocos días de la desaparición de Pérez, el Eln afirmó que no lo tenía en su poder, a través de un comunicado que llegó a manos de otros líderes comunales del pueblo, mientras que las Farc guardaron absoluto silencio.

Desde entonces, su esposa Elibeth Murcia no ha pasado un solo día sin recordarlo, llorarlo y exigir una respuesta.

“Ahora que las Farc y el Eln están en el proceso de paz, les pido que me ayuden”, dice mientras lleva puesta una camiseta con la imagen de su marido. “No me interesa quién lo tiene, sino que me ayuden a buscarlo”.

Aunque afirma haber recibido acompañamiento de entidades como la Defensoría del Pueblo, no entiende cómo “a estas alturas nadie sabe nada, y la investigación no deja resultados”.

Mientras tanto, dice, debe seguir esperando y recibiendo llamadas que le dicen lo mismo que ya sabe, es decir, nada.

El miércoles tuvo la oportunidad de dialogar con autoridades militares y líderes comunales de la ciudad y el departamento recordaron el caso de Pérez ante el defensor nacional, Carlos Negret.

Para el funcionario, la compleja situación ha sido atendida en la medida que se da acompañamiento a Elibeth, pero la entidad tampoco conoce novedades ni hallazgos contundentes.

El fin de año

La temporada decembrina fue caótica para la familia de Pérez, pero en especial para su esposa.

“Ni recordarlo”, dice con resignación. “El 24 me la pasé encerrada, llorando todo el día y toda la noche”.

La depresión la hizo su presa en esa noche de festejo, en la que recordó que Henry llevaba todo lo necesario para la cena navideña.

“Hacíamos hallacas, él traía plátano, yuca, pescado de diferentes clases, pavo, y pollo criollo”, relata. “¿Ahora? No, esa nevera estuvo vacía esta vez”.

El 31 de diciembre, por fortuna, estuvo acompañada de algunos de sus familiares, pero sin entusiasmo.

Hoy será un día ‘normal’, debido a que tendrá que trabajar, sin falta.

Ayer le dieron un día de permiso, para atender la cita con la Defensoría, pero hoy no habrá excepción.

Planea hacer una cartelera, y alguna conmemoración sencilla, “mientras todos se echan la pelota y espero”.