Mutiscua es el municipio que más trucha arcoíris produce en Norte de Santander. En el recorrido del río La Plata por esta zona de la Provincia de Pamplona, hay habilitadas 15 estaciones piscícolas que producen cerca de 40 toneladas al mes.

El cultivo de trucha es uno de los motores económicos de Mutiscua y al estar ubicado a una altura de 2.650 metros sobre el nivel del mar y contar con una temperatura promedio de 14 grados, tiene condiciones favorables para el sano crecimiento de los peces.

La cría de trucha se originó cuando empezó la decadencia del mármol y la caída del Bolívar en 1990.

Actualmente y debido al impacto del fenómeno El Niño, los truchicultores están en aprietos porque ingresa poca agua a los estanques. El caudal del río La Plata ha disminuido  en más del 50 por ciento.

De los 80 a 90 litros por segundo que tienen autorizado para captar en las trucheras, solo reciben 50.

El productor, Néstor Yesid Álvarez, dijo que han tenido que sacrificar periódicamente peces para compensar los niveles de oxígeno que se requieren en los estanques que contienen hasta 60.000 truchas de diferentes tamaños.

“Tenemos que reducir las cantidades de siembra, mermando los rendimientos de los peces por las altas temperaturas que se registran durante el día”, dijo.

De seguir así, Álvarez afirmó que no van a tener suficientes cantidades para atender la demanda de Semana Santa. “Las crías no alcanzan a desarrollar la talla y el peso ideal que se requiere para la comercialización local, regional y nacional”.

Álvarez dijo que al sacrificarse más trucha de lo habitual hay sobreoferta y por consiguiente los precios bajan.

Actualmente un kilo de trucha se consigue en los mercados locales en $11.000.

A la par del impacto de El Niño, los altos costos de los insumos que se necesitan para la atención de las factorías, también afectan la producción.

“Estamos preocupados porque cada año recibimos alzas en los productos entre el 18% y el 20%”, sostuvo.

El productor Álvarez dijo que en el gremio hay incertidumbre porque no saben cómo van a ser las alzas que les aplicarán a los alimentos y a la compra de ovas, lo que unido al pago de empleados y de impuestos dificulta el sostenimiento económico.

“Vemos que la rentabilidad cada día disminuye y los costos de producción van siempre en aumento”, recalcó.

Para sostener un estanque con un promedio de 60.000 peces, se necesitan 12 toneladas de alimento al mes, que tienen un costo aproximado de $33 millones.