Censar a las familias que retornaron a Colombia luego de vivir en Venezuela y que huyeron de grupos paramilitares fue el objetivo de la visita del personero de Teorama, Ever Pallares, al corregimiento Fronteras.

Allí no solo se encontró con las 38 familias retornadas, sino que también descubrió las pésimas condiciones en las que reciben clases unos 15 niños de la vereda Bellavista.Los clases se dictan en un rancho forrado con plásticos, los pupitres están deteriorados y la incomodidad es total.

“Esta situación se repite en las escuelas de veredas como Caño Tomás, Caño Mariela y los siete resguardos indígenas que hay en esta zona”, explicó el personero.

Pallares aseguró que pese a que la administración municipal le tendió la mano a esta comunidad y les ofreció 150 bolsas de cemento para construir una edificación más resistente, las obras no pudieron iniciar en el tiempo estipulado porque la Brigada Móvil 30 de La Gabarra no permitió el paso de esta mercancía por no cumplir con las condiciones de transporte para esta mercancía. Gracias a la intervención de la Personería las ayudas llegaron 30 días después a su destino.

Pallares aseguró que la Personería hará el seguimiento pertinente a esta población para garantizar que el estado le revindique sus derechos y les preste mayor seguridad, pues unas cinco familias prefirieron quedarse en el país vecino por temor a una nueva ofensiva paramilitar, como sucedió entre 2000 y 2004.

“La gente necesita más seguridad y mejores espacios que permitan que la historia no se vuelve a repetir”, indicó.