El cuerno de un vacuno, moldeado para ser un instrumento con el que hace cinco décadas soplaban en las fincas para anunciar la jornada del almuerzo a los obreros, sacudió la Biblioteca Pública Ramiro Calderón Núñez donde se reunieron ancianos y niños, que a través de sus ojos dieron un viaje por las antiguas generaciones. 

El recuerdo que despiertan las arrugas y las canas de los ancianos, contempladas en la historia de sus tradiciones, se revivió en el taller de las memorias que se hizo en el corregimiento de San Pablo, Teorama, con la exposición de los objetos antiguos, que representan la cultura y la memoria del Catatumbo.

“Los representantes de la tercera edad guardan muchos secretos y es importante revelar esos aspectos en un mundo tan globalizado”, dijo el secretario de Cultura de Teorama, Albeiro Ramírez.

Los ancianos llegaron a las instalaciones de la biblioteca cargando en sus manos el peso del pasado, que conservan en sus casas, como molinos para triturar el maíz y el café, planchas de carbón, lámparas a gas y un juego de coca elaborado con el fruto de un árbol.  

La idea nació de la Biblioteca Nacional y es secundada por el centro de Consulta Ramiro Calderón de Teorama.

“Esas historias las queremos recopilar donde los abuelos sacan a flote los recuerdos y muestran los objetos antiguos como testimonios mudos de una fructífera existencia”, reiteró Ramírez.

Asimismo, los ancianos mostraron  la sabiduría en las plantas medicinales para asuntos terapéuticos. 

Cremas con extractos de las plantas que se levantan en el monte de manera artesanal y jabones a base de manteca de cerdo, son otras de las tradiciones. 

Con un tallerista de Bogotá, visitarán  los municipios del Catatumbo en busca de las historias de esta región, que serán plasmadas en la publicación de un libro, como la recopilación de sus tradiciones.