Los habituales consumidores de estas bebidas les atribuyen propiedades curativas.
En Chitagá hacen bebidas medicinales con hierbas del páramo
En el corregimiento Presidente (Chitagá), se mantiene una de las tradiciones más antiguas de los pueblos de alta montaña. Allí, los campesinos creen que es posible mejorar la salud y vivir unos años más, al hacer infusiones de plantas con aguardiente o vino.
Para estos preparativos utilizan dos plantas que se dan entre los 3.600 y 4.000 metros de altura, como son el ítamo real y el anamú. La primera es una hierba y la segunda es una planta de hojas gruesas, con raíz en forma de tubérculo.
En las tiendas de Presidente es común ver en las vitrinas botellas de aguardiente repletas con estas plantas.
Los viajeros se toman unos tragos o las compran para llevarlas a los hogares. Los habituales consumidores de estas bebidas, que tienen un sabor entre amargo y dulce y con olor a hierbas medicinales, les atribuyen propiedades curativas.
Preparadas en infusión y según los pobladores consultados sirven para tratar el reumatismo, colesterol, enfermedades gastrointestinales, respiratorias, calmar los nervios, dolor de cabeza, la diabetes, fiebre y el asma.
El trago tiene un valor de $3.500 y si es con vino puede costar más de $5.000.
Cuando los dos tipos de bebidas se dejan fermentar más de un año, en el caso del aguardiente toma un color oscuro y el líquido se vuelve espeso (añejo). Aquí los valores de consumo aumentan a más del doble.
También en casos especiales venden las plantas, siempre y cuando se tengan disponibles, porque hay que traerlas del páramo, más arriba del sector de Angosturas, jurisdicción del Cerrito (Santander).
Traerlas implica un recorrido de más de dos horas en carro y después caminar entre riscos por largo tiempo.
Versiones
El recolector de estas plantas, Giovanni Peña, aseguró que desde pequeño vio cómo su abuela, Josefa Carvajal y su mamá, Criselia Carvajal, utilizaban el anamú en bebidas calientes para tratar cualquier malestar.
“He escuchado siempre que con aguardiente es bueno para las personas que tienen cáncer, mal de huesos o la artritis”, dijo.
Del ítamo real, aseguró que los abuelos hablaban de la hierba de la eterna juventud, porque ayuda a mantener una piel suave e hidratada, siempre y cuando se prepare en vino.
“Aquí vienen turistas de todas partes del país y extranjeros a ver las lagunas. Cuando llegan a la población piden un trago y se llevan varias botellas”, afirmó Diego Flórez, quien prepara las bebidas en la tienda familiar.
Entre risas, bromas y utilizando ese lenguaje propio de la gente del campo, aseguran que quienes toman estas bebidas, siguen viniendo a Presidente, en donde son recibidos con amabilidad.
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