Luego de dos años de trabajo para encontrar el mejor diseño, finalmente un equipo de arquitectos cucuteños ofreció más detalles de lo que será el nuevo templo del Gramalote.

El edificio, tal cual como el anterior que hoy yace en ruinas, será una de las insignias culturales y religiosas de la población que poco a poco vuelve a poblar la zona.

Lo novedoso, es que la construcción será una de las más modernas en el país y fue diseñado por talento arquitectónico de Cúcuta.

La propuesta fue aprobada por la Diócesis de Cúcuta entre otras 9, que fueron presentadas por 5 nortesantandereanos.

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"La nueva iglesia ya no tendrá los mismos pilares, esta para nosotros es una barrera para los feligreses porque se perdía mucho espacio y lo que se hizo fue dar una mayor luz y optimizar el interior", comentó Sergio  Albarracín, quien integra el grupo de arquitectos.

Los otros miembros son Andrea Rodríguez, Ronald Forero, Norwer Moyano y Mary Rojas, egresados de las universidades de Pamplona y Francisco de Paula Santander, los cuales recibieron el reconocimiento gracias a su esfuerzo y dedicación.

Entre los desafíos que se plantearon para la nueva estructura, se ideó un templo que conservó algunas características del anterior como sus dos torres, pero sin ser una 'copia' de la primera iglesia .

Sin embargo, lo importante fue conservar la tradición e identidad, con una construcción que logre afianzar la imagen del Gramalote contemporáneo.

Detalles 'amigables' con el ambiente

Por otra parte, la nueva iglesia contará con sistemas de conducción de aguas lluvias para su aprovechamiento en los servicios generales, tendrá páneles solares en la cubierta y su nave central tendrá luz natural hasta altas horas de la tarde.

En la fachada se propuso algunas áreas con ladrillo a la vista y piedra, adicionalmente a un sendero para el acceso a discapacitados y también escalones, los cuales son necesarios por la inclinación de los terrenos.

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Según los arquitectos fueron especialmente seis meses de trabajo intenso sin descanso, incluyendo visitas a la zona, encuestas con la gente y levantamientos topográficos de la antigua iglesia.

Cabe aclarar que la estructura no contempla la instalación de querubines o imágenes sagradas en su parte frontal. Sin embargo, no perderá su concepto clásico, pues las campanas del antiguo templo serán devueltas además de las pinturas y el reloj lunar, una de las piezas joyas que existen en el mundo.

Se estima que la iglesia podría tener un costo final de unos $5.000 millones, dinero que será recolectado por donaciones de los creyentes católicos.

El padre Israel Bravo Cortés, vicario general de la Diócesis de Cúcuta, indicó que la comunidad ha manifestado estar muy contenta con el diseño, el cual fue premiado el pasado 24 de noviembre.    

Cabe aclarar que estos diseños ya habían sido presentados a la Alcaldía y al Fondo Adaptación, por parte de obispo de la diócesis católica de Cúcuta, Víctor Ochoa, según indicó el mandatario del municipio, Tarcisio Celis.