En 2001 la familia Arias* tuvo que salir del corregimiento Campo Dos de Tibú, por amenazas directas en su contra. 

Helena*, quien era dueña de un establecimiento de comidas y hospedaje en la zona, se veía obligada a cocinarles a los paramilitares y a prestar sus instalaciones para que ellos durmieran, por lo que, ante la falta de recursos para salir de allí, terminó vendiendo su predio a una organización evangélica, por un bajo precio.

“Nosotros éramos muy jóvenes y no sabíamos que la tierra se estaba vendiendo por tan poca plata”, contó uno de los seis hijos de esta mujer, quien junto a sus pequeños dejó su hogar, para trasladarse a la capital nortesantandereana.

Hoy, 18 años después, estos niños se han convertido en adultos y serán los beneficiarios de una compensación ordenada por un Tribunal de Restitución de Tierras, en Cúcuta, para que se les devuelva, por lo menos en la parte material, lo que perdieron por la necesidad de vender sus propiedades "al precio que fuera" para huir de la violencia. 

Ahora, en un municipio diferente a Tibú -a dónde prefirieron no regresar- recibirán un predio de características similares al que perdieron y contarán con proyectos productivos, ligados a la vivienda, que tendrá un terreno apto para la adecuación de una Unidad Agrícola Familiar, pues la meta de los hermanos es sembrar café y criar ganado lechero.

Le puede interesar Así va la restitución de tierras en Norte de Santander

No obraron de buena fe

Al conocer las pruebas, las autoridades determinaron que hubo inconsistencias en la compra del predio, en el que actualmente funciona la sede de una iglesia evangélica, por lo que "no fue declarada la buena fe exenta de culpa".

Es decir que esta parcela será administrada por el Grupo Cojai de la URT, para compensar a otras familias. 

“Es una de las sentencias más importantes proferidas por el Tribunal de Restitución de Tierras en Norte de Santander, porque los beneficiarios contarán con subsidio del Ministerio de Agricultura y capacitaciones del SENA”, aseguró Edward Álvarez , el director regional de la Unidad. 

Por su parte, la subdirectora de la Unidad de Restitución de Tierras, Marcela Morales, celebró la decisión de los magistrados y dijo que se está cumpliendo con "el cometido de la Ley 1448, de rehacer de manera integral la vida de las personas, a través de proyectos productivos con los que van a cumplir sus sueños y dejar atrás todo lo que pasó”. 

Nombres cambiados*