Solo un 10 por ciento del territorio hacaritense tiene el control de las fuerzas militares, mientras que el 90 por ciento restante está en poder de los grupos al margen de la ley.

Ese es el panorama que presentó el alcalde de Hacarí, Númar Pérez, quien se mostró visiblemente preocupado porque tras la muerte de Víctor Ramón Navarro, alias ‘Megateo’, la situación de seguridad en el municipio no ha cambiado.

“Eso es lo que uno alcanza a mirar”, declaró el mandatario quien agrega que “el Ejército y la Policía la pasan más cuidándose en un punto fijo, defendiéndose de ataques, que patrullando”.

De acuerdo con Pérez, los reductos del Epl, y la presencia del Eln y las Farc no han variado y la muerte del capo tampoco trajo paz a la zona.

“Al contrario, se siente más zozobra”, cuenta. “‘Megateo’ le hacía daño al que señalaba dónde estaba él, y le ayudaba al gobierno para que lo capturaran o lo mataran, pero para nadie es un secreto que ayudaba en la comercialización de la coca”.

Si bien el alcalde reconoce que el producto es ilegal y la comunidad reconoce esta realidad, su temor es que, como buena parte de la población vive del producto, los cocaleros terminen tomando decisiones apresuradas que perjudiquen la estabilidad social y familiar.

“Preocupa que si nadie compra la coca, de pronto algún papá que no tenga a quién venderla, la entregue en cualquier lado dejando a su familia sola, y él en la cárcel”, dijo.

Si bien las fuerzas militares afirman que en lo corrido de este año se han incautado unas 5 toneladas de clorhidrato de cocaína, y en operaciones militares se ha contenido el avance de los criminales, aún predomina cierto dominio de grupos al margen de la ley en Convención, Teorama, Hacarí, San Calixto, El Tarra, Tibú y La Gabarra.

De otra parte, Pérez manifestó que aunque se están haciendo periódicamente las reuniones de justicia transicional, todavía no se tiene un modelo acorde o definitivo para la caracterización de las víctimas.

“En Hacarí hay  ayudas para las víctimas, pero si me preguntan quiénes son las víctimas del municipio, no tenemos esa información”, declaró.

Indicó además que no solo le preocupa la falta de un registro más específico que oriente a los nuevos funcionarios que reciben esta población, sino que tampoco vislumbra cuál será el futuro con las víctimas del posconflicto.

“Más que cuántas víctimas  han llegado, no sabemos cuántas llegarán”, comentó. “Ojalá haya interés por la paz porque esta guerra más que por ideales, se da por un negocio que nos afecta a todos”.

Igualmente criticó los pocos avances de los comités de justicia transicional, pues se llega a las mismas conclusiones, sin resultados.

“Es lo de siempre: que el orden público ha mejorado, cuando la realidad del Catatumbo es otra; que las tierras regresan a las víctimas, pero eso uno no lo ve, y en los procesos de reparación siempre hay ‘nudos’ que soltar. Trabajo es lo que queda”, puntualizó.

*La Opinión