La situación era tan delicada anoche en la vía a Puerto Santander, que los periodistas de La Opinión debieron protegerse en la camioneta blindada del alcalde Henry Valero, para evitar ser heridos por disparos de fusil hechos por desconocidos.

Desde las sombras, atacantes mimetizados dispararon contra los agentes de la Policía y demás miembros de la caravana que se encontraba en inmediaciones de Aguaclara, luego de no poder entrar al Puerto, que permanecía sitiado. (Lea también: Contrabandistas tienen bloqueado Puerto Santander)

Una fuente de la Alcaldía explicó que “la gente se puso brava porque no quiere que se meta la Policía acá”.

El general Moreno reiteró que “así al alcalde (Henry Valero) no le gusten las operaciones, la gente tiene que entender que esto se acabó: las acciones van a seguir para acabar con las zonas vedadas de Norte de Santander”.

Moreno reveló que en el sitio El Diamante la policía halló motobombas y mangueras tendidas sobre el lecho del río, a través de las cuales los contrabandistas bombeaban gasolina de Venezuela a Colombia.

En la tarde, el alcalde Valero había pedido mayor vigilancia en su pueblo y aumento en los despachos de combustible colombiano para suplir el de contrabando.

Sin embargo, protestó cuando comenzó la operación policial, mientras circulaban rumores sobre un eventual atentado contra el funcionario, que fueron  desvirtuados prontamente.

Anoche no fue posible establecer si hubo detenidos en medio de la alteración del orden público.

El detonante de la violenta protesta fue la operación que desarrolló ayer la Policía Fiscal Aduanera en la vereda El Diamante, que es frontera con Boca de Grita (Venezuela).

En aquél estratégico lugar los contrabandistas de combustible tenían montado un sistema para pasar desde el vecino país la gasolina por mangueras, motobombas y plantas eléctricas. Como resultado de la acción policial fueron incautados más de 4.000 galones del hidrocarburo.

En medio de las refriegas, las balas y los destrozos, la Polfa les notificó “a los bandidos y criminales que se lucran del contrabando de combustibles”, que todos los días se mantendrá esta acción.

En el camino hacia el municipio porteño, se encontraba una tanqueta del escuadrón antidisturbios de la Policía, que estaba esperando que fuera movido un camión en el que iba montado un tractor, y que fue atravesado para cerrar el tráfico vehicular por la carretera.

A unos doscientos metros del lugar en que estaba el bloqueo, se veían veintenas de manifestantes. La Policía reportó tres cierres provocados por quienes se oponen a la envolvente operación lanzada contra el tráfico ilegal de mercancía de toda clase por ese municipio fronterizo con Venezuela.

Sobre esa forma de actuar de quienes participaban en la protesta, el director nacional de la Policía Fiscal o Aduanera (Polfa), general Gustavo Moreno, afirmó que se trata de “intimidar y casi que de secuestrar a la autoridad misma, a través de acciones vandálicas”.

Las balas no cesaban de surcar el aire e incluso varias rompieron las ventanillas de los carros y estuvieron a punto de afectar a numerosas personas que debieron buscar refugio en sus casas.

Y mientras el ambiente empeoraba, con llantas encendidas y más disparos, la Polfa advirtió la aplicación de la figura de la extinción de dominio a los bienes que se utilicen no solo para la gasolina y ACPM de contrabando, sino para la negociación ilegal de otra clase de productos.

En el operativo de ayer intervino el Ejército  que destruyó dos trochas empleadas por los contrabandistas que anoche seguían enfrentados a la Policía.

Como muchos de los uniformados no pudieron pasar hasta Puerto Santander, entonces se devolvieron al corregimiento cucuteño de Aguaclara, donde se tenía previsto reagruparse.

Al cierre de esta edición, el periodístico de La Opinión debió tenderse en el piso del carro en que se desplazaban para superar el sector de Alto Viento, a cinco minutos de Aguaclara. Los vehículos en  que iban los agentes y los comunicadores, estaba atravesado un tronco en llamas, desde donde se produjeron los disparos con armas de alto poder. Aparte del susto y los vidrios rotos del carro, retornaron a salvo. 

El pasado 23 de junio, en Puerto Santander se presentaron también disturbios en la madrugada, cuando las autoridades incautaron gasolina y los vendedores ilegales del combustible se enfrentaron a los uniformados, quemaron llantas, y dañaron algunas bancas del parque 23 de abril. La situación se calmó cuando llegaron a un acuerdo.

La Opinión