Tras un año de reuniones de la mesa de trabajo encargada de velar por la descontaminación del río Zulia, poco a poco se ven avances en materia del trabajo unificado hacia la descontaminación de este afluente.

Así lo confirmó el director de Corponor, Gregorio Angarita, quien explicó que para el caso de los municipios de la cuenca, especialmente los de la parte alta como Mutiscua ya se ha logrado identificar los puntos en los que debería instalarse un punto de tratamiento de las aguas residuales, que reduzcan los impactos de las zonas de vertimiento a lo largo del trayecto del río (ver gráfico).

Según el funcionario, de parte de la Corporación, la construcción de las plantas de tratamiento de aguas residuales (ptar) dependerá de algunos estudios que realizará la Universidad Francisco de Paula Santander (Ufps) para saber en qué zonas se acentúa la contaminación y cuáles requieren un tratamiento, “porque en el recorrido del río y dado su caudal, a veces podía no requerirse una intervención para limpiar las aguas, pero eso lo arrojará el diagnóstico de la universidad”.

“La idea es que entre la Gobernación, la Corporación y las alcaldías se asuma la construcción o adecuación de las plantas de tratamiento en cada uno de los municipios que arroje la consultoría”, dijo Angarita. “Si se puede adelantar con la misma universidad, sería lo ideal porque contaríamos con la idoneidad de tener la certeza de lo que se requiere, sin olvidar que actualmente hay plantas modulares que pudiesen aliviar los municipios pequeños y ser mucho menos costosas que las grandes construcciones”.

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Para el caso de Cúcuta, se confirmó la necesidad de buscar 1.400 millones de pesos, por parte de la EIS y Aguas Kpital para diseñar la línea base de la ptar que requieren las quebradas Seca y Tonchalá.

“Una vez se defina la línea base, se definirá el tema presupuestal con el municipio, para analizar si se requerirían otras fuentes de financiación nacional”.

Angarita señaló además que esta podría ser la oportunidad de buscar recursos de cooperación internacional, para salvar la fuente hídrica que nace en el páramo de Santurbán.

“Eso tiene que ser un soporte ante un organismo internacional que pudiese, con la información seria y el sustento técnico, ojalá con el sello de la universidad, asignar los recursos y recuperar el río” que además se destaca por su carácter binacional, dado que sus aguas desembocan en Venezuela.