La orden de retirar la escultura de un cristo que se encuentra en La Parada, sobre la autopista Simón Bolívar, aún no ha sido cumplida.

Aunque la concesionaria San Simón informó oportunamente a la alcaldía de Villa del Rosario que esta invasión al espacio público debía ser atendida retirando este elemento, la escultura sigue en la zona.

Carlos Villamizar, vocero de San Simón, reiteró que no es la concesionaria la encargada de quitar el cristo, sino que esta es una actuación cuya responsabilidad depende de la alcaldía municipal.

“Nosotros no somos los encargados de velar por el espacio público”, afirmó. “Cumplimos con notificar a la alcaldía sobre el hecho de que esta estatua estaba ocupando una parte del espacio de circulación vial”.

Agregó que San Simón no tiene una función policiva y es imposible que la ejecute.

Aunque aún no se han presentado inconvenientes ni en la movilidad ni en el tránsito vehicular, lo cierto es que la alcaldía no ha cumplido con el control del espacio público.

En febrero de este año, la Policía hizo una inspección ocular al sitio y le pidió al artista la reubicación de su obra, pero este adujo tener los permisos para terminar e inaugurar su obra, situación que también fue desmentida por la concesionaria.

Para marzo, se anunció la preparación de una resolución para que se efectuara el desmonte de la escultura, pero desde entonces no ha habido ningún avance.

La escultura, de 6 metros de alta, fue elaborada en noviembre de 2015 y, pese a ser removible, ninguna de las autoridades rosarienses se pronunció para dar una respuesta sobre el hecho.

Las fotomultas

Otra situación de discordia que actualmente afronta la alcaldía tiene que ver con las fotomultas que siguen causando polémica.

Por ejemplo, el cuerpo de bomberos voluntarios criticó su aplicación pues, eventualmente, afectaría las operaciones de emergencia que deban ser atendidas.

Aunque para la concesionaria San Simón es necesario que las velocidades sean reguladas, debido a que la autopista atraviesa un centro poblado, con universidades y otras entidades a las que asisten centenares de personas.

En este sentido, tampoco hubo razón de parte de la administración municipal aunque, en días pasados, el alcalde Pepe Ruiz expresó estar en desacuerdo con su aplicación, en especial, porque no hay posibilidad de controlar los carros venezolanos.

La Opinión