Como si vivieran en la región más apartada del departamento, En Arboledas, los paisanos del gobernador William Villamizar están incomunicados para recibir y hacer llamadas por celular.

La razón: esta semana se venció el contrato entre la empresa Claro y los dueños del predio en el que estaba instalada la única antena repetidora para el casco urbano.

Sumado a ello, los dueños se rehúsan a permitir que esta siga funcionando en sus terrenos.

Según vecinos de los propietarios de la finca, se presume que motivos de salud son uno de los agravantes para evitar que siga funcionando la estructura, pero esta circunstancia no ha sido corroborada.

Un veedor de la zona reveló que mensualmente los propietarios recibían 750 mil pesos, pero “ni por más dinero que les dieran dejaban poner otra vez la antena”.

De otra parte, otros habitantes de la zona expresaron que los inconvenientes con el servicio eran constantes.

Ismael Contreras, vecino del sector, declaró que el servicio era regular, desde tiempo atrás.

“Funcionaba por momentos”, dijo. “Era muy regular el servicio y hasta se intentó con otros operadores, por intermedio del gobierno, pero salía muy costoso”.

Sin embargo, los arboledanos se unieron y enviaron una carta a otras dos empresas de telefonía celular (Movistar y Tigo) que respondieron favorablemente, según dijo Contreras.

En un comunicado oficial, la alcaldía de Arboledas informó que desde ayer “y hasta nueva fecha, no se contará con el servicio de telefonía celular”, y agregó que no se pudo acordar una nueva relación contractual entre las partes.

“Como autoridad administrativa y policiva he servido de mediador y puesto todo lo que ha estado a mi alcance para que los interesados pongan fin a sus controversias”, expresó el alcalde Carlos Danilo Esteban Galvis.

Según el mandatario, todos sus esfuerzos han sido infructuosos.

“He adelantado conversaciones con el gobernador y la empresa en procura de gestionar, en el menor tiempo posible, una antena móvil para mantener el servicio”, dijo el mandatario en el documento, a la espera de que la situación se normalice.

Por su parte, el gobernador, enterado de la situación intentó comunicarse con la empresa Claro.

Sin embargo, pese a tratar insistentemente de establecer comunicación con la gerencia de operaciones, no obtuvo respuesta.

La Opinión