José Dionisio Palencia tiene 65 años y vive en el corregimiento de Juan Frío en Villa del Rosario desde hace 35 años. Y aunque lo es, ya no quiere sentirse como una víctima, y ve en el liderazgo, la socialización e integración los pilares de su trabajo por la comunidad. Es el tesorero de la Junta de Acción Comunal.

Para este hombre, que ha visto a dos de sus sobrinos morir en medio del conflicto armado, llegó el momento de empoderarse, y con un diplomado que ofreció la Defensoría del Pueblo en Derechos Humanos y Construcción de Paz,  vio la forma de hacerlo.

Cambiar de pensamiento 

“Ya sabemos lo que sucedió, pero tenemos que aprender de eso, dejar de revictimizarnos, superarlo y trabajar porque vengan mejores tiempos para nuestro pueblo, por eso es tan importante aprender“, afirmó.

La capacitación, aprobada en su mayoría por mujeres, tuvo 110 horas de duración y se desarrolló entre julio y noviembre. Sus graduandos en general se sienten satisfechos de este logro alcanzado y creen que es importante abrir más espacios de inclusión y empoderamiento para la comunidad.

El fin de estas acciones es promover un grupo de líderes que se comprometan con la promoción y el respeto de los derechos. 

Aldemar José Niño, asesor de promoción y divulgación de DDHH, afirma que la idea es que se hagan en la comunidad réplicas de estos conocimientos recientemente adquiridos. 

“Estas personas que se gradúan son líderes identificados por sus comunidad desde hace algún tiempo, ellos vienen realizando labores de asesoría y con estos espacios de formación fortalecen las  metodologías para seguirlo haciendo”.

Así como Palencia, 32 personas más de este corregimiento que se va visto golpeado por la violencia, quieren dejar atrás los malos recuerdos de la guerra y ayudar a otros a superarlo. Con la capacitación en Derechos Humanos y Construcción de Paz esperan poder contribuir un  poco a la reparación de su comunidad. 

Marcela Ramírez | Practicante de Periodismo