“Para nadie es un secreto que que el río es la cesta de basura de todos”, dice Juan Carlos Salcedo, vocero de Asozulia, resignado al notar cómo se volvió frecuente la aparición de “esa espuma” que va en alza, como la contaminación del afluente.

De los 15 municipios que son parte de la cuenca, 10 de ellos arrojan sus vertimientos directamente a ríos y quebradas, y aunque la secretaría departamental de Aguas trabaja para dejar solo un punto de vertimiento por sector, el tiempo acelera el empobrecimiento de la calidad de agua.

“Cuando el río tiene niveles bajos y anda suave, parece que nada ocurriera, pero cuando llueve, la fluctuación de las corrientes hace que el agua llegue con mucha fuerza”, dice Salcedo. “Saca todos esos residuos de los canales y seguramente con el golpe del agua, se genera la espuma”.

Se sospecha que químicos, residuos de jabones, y todos los desechos humanos contribuyen a la formación de la espuma, pero lo más grave es que aún no hay soluciones y mientras tanto, la comunidad del corregimiento Buena Esperanza utiliza esa agua marrón para uso doméstico.

Los habitantes del sector, y vecinos de El Zulia, afirman que nunca habían visto tal fenómeno y hay especial preocupación por el día a día de 27 veredas del corregimiento, que dependen únicamente de esas aguas.

Aunque para los beneficiarios del distrito de riego esta agua espumosa  no ha causado problemas en los cultivos, según Rubén Fernández, también de Asozulia, es innegable que hay riesgo.

En este sentido, señaló la importancia de acelerar los resultados de los análisis de aguas por parte de Corponor, entidad que ya está a cargo de las muestras de agua.

“Es crítico para nosotros, porque la comunidad no tiene acueducto y la solución de los carrotanques para 27 veredas es insostenible”, agrega Salcedo.

Aunque la alcaldía de Cúcuta responde por la comunidad con los carrotanques para el agua potable, los pobladores ya plantearon una solución: usar las nacientes que aún existen, propuesta que ya es analizada por Corponor.

Andrés Hoyos, integrante del consejo de cuenca, afirma que la respuesta sobre lo que ocurre con el río debe llegar pronto para descubrir el origen y atender la causa.

‘Debemos dejar de ser los malos del paseo’: Corponor

Nuevas y más drásticas medidas de control se tomarían en próximos días para controlar a quienes se benefician del recurso hídrico proveniente del río Zulia, “porque debemos dejar de ser los malos del paseo”, según indicó el director de Corponor, Gregorio Angarita.

Luego de la reaparición de espuma en el distrito de riego de Asozulia, el hallazgo de trinchos, y la posible sobreexplotación del afluente, Angarita advirtió que no se descarta la posibilidad de restringir temporalmente las licencias de extracción de material de arrastre, así como las concesiones de agua.

Según el funcionario, los resultados de las muestras de agua tomadas del distrito de riego se tendrán en unos 10 días, pero mientras se conocen, “tenemos que tomar decisiones”.

El director agregó que se efectuó una reunión con la procuraduría ambiental, de la cual quedó el compromiso de citar a un encuentro con todos los usuarios del afluente y responsables del mismo, “empezando por los alcaldes”, para que asuman su responsabilidad especialmente en lo relacionado con la solución a los vertimientos.

Adicionalmente, se prevé proponer la adquisición de patrullas e implementos adicionales para fortalecer la vigilancia del río.

También insistió en la urgencia de que se generen juicios de responsabilidad a quienes dieron permisos de construcción omitiendo los efectos de los vertimientos.

"Los alcaldes deben dejar de pensar que las plantas de tratamiento deben ser costosísimas y gigantes, porque ya hay soluciones más cómodas, en términos de presupuesto”, señaló.