La arquitecta María Consuelo Mendoza Varela propone soluciones a los problemas que considera afectan el desarrollo en el departamento.
Los retos del nuevo desarrollo urbano para Norte de Santander
Arquitecta, experta en planificación urbana, María Consuelo Mendoza Varela es una de las profesionales de Norte Santander, con actualizado conocimiento de la región. Habla con propiedad de los temas de su especialización y propone soluciones a los problemas que considera afectan el desarrollo.
¿Cómo ve el desarrollo urbanístico de Cúcuta y el área metropolitana?
-Al hablar del desarrollo urbanístico de Cúcuta no podemos dejar de hacerlo desde una visión metropolitana y desde una perspectiva regional. Desafortunadamente, hemos creído que hacer solamente algunas obras de infraestructura, o centros comerciales, significa desarrollo. Por el contrario, las intervenciones de las últimas dos décadas, que debieron ser la oportunidad para una apuesta al futuro de la ciudad-región, no han sido las más acertadas. Cúcuta no se ha intervenido con una mirada integral, tampoco hay visión prospectiva de ciudad que pueda anticiparse a los eventos que exige el crecimiento poblacional y aún más, los requerimientos y retos que exige un mundo globalizado, y con condiciones ambientales cada vez más dramáticas. La ciudad debe ser competitiva, pero antes, sostenible.
El territorio debe ordenarse armónico con los recursos naturales. Las ciudades deben orientar sus políticas de planificación para mitigar los efectos del cambio climático y generar resilencia, o sea, esa capacidad para retornar las condiciones previas a las consecuencias que ha traído el daño ambiental y las bajas condiciones de habitabilidad, generadas por decisiones e intervenciones desafortunadas. La falta de políticas que orienten el desarrollo de la ciudad favorecen la intervención predio a predio, sin considerar zonas y partes de ciudad con carácter integral, como unidad urbanística.
Como consecuencia, vemos la destrucción de barrios residenciales: las calidades urbano-ambientales de muchos sectores no se preservan y se han deteriorado grandes áreas céntricas, periferia-centro y periferia metropolitana; no hay mejoramiento del espacio público ni se generan cesiones para zonas verdes producto de intervenciones puntuales, no hay incremento de espacios verdes y por el contrario, las áreas verdes existentes se pierden. La población de los barrios tradicionales ha sido desplazada por los cambios de uso del suelo, las viviendas se remplazan por clínicas, bares, y otros usos de alto impacto; y la próxima fase de sectores como la Riviera, Los Caobos, Lleras, Los Libertadores, Barrio Blanco, Quinta Vélez, es la demolición y el cambio de las viviendas tradicionales por edificios de 8 o 12 pisos, sin pensar en el colapso de las vías barriales y en el incremento de la demanda de servicios públicos.
¿Cuál calificación aplica a la calidad de los servicios públicos?
-No quiero dar una calificación; prefiero generar un interrogante y hacer un llamado a los dirigentes para formular políticas contundentes, que solucionen el presente y prevean el futuro. Cúcuta y su región metropolitana debe tomar decisiones definitivas y urgentes para anticipar a la crisis actual y al caos que se avecina, particularmente por la escasez de agua. Las entidades que tienen a su cargo la responsabilidad de suplir servicios básicos deben ser al menos gestoras de soluciones innovadoras. Las ciudades buscan resolver las demandas de servicios y sostenibilidad. Es urgente buscar alternativas responsables en cada intervención urbanística y arquitectónica.
¿Qué aprecia en lo ambiental?
-El medio ambiente urbano es un tema altamente sensible en esta región. Cúcuta es blanco fácil para hechos lamentables de destrucción de su patrimonio ambiental y paisajístico. Veo con preocupación la ausencia de políticas que protegen el medio ambiente urbano y el desconocimiento de principios fundamentales como la función ecológica de la propiedad. Se piensa que en la propiedad privada se puede hacer y construir lo que quieran, incluso en detrimento de los derechos colectivos, sacrificándose el bienestar de la ciudad en su conjunto. Es necesario educar y concientizar en relación a estos temas, ya que el desconocimiento nos hace cómplices del creciente deterioro ambiental y la destrucción de la ciudad y la región.
Es necesario que cada ciudadano sepa que las áreas verdes, los árboles y la naturaleza son patrimonio ambiental y que tenemos el compromiso de conservarlas, protegerlas y denunciar las actuaciones que ponen en riesgo la vida de los recursos agua, bosque, flora y fauna hídricos de nuestro eje estructurante, el río Pamplonita, son algunos graves problemas que deben resolverse. Evidencian la ausencia de políticas ambientales y la necesidad de saldar la deuda con el planeta. El cerro Tasajero exige un tratamiento con visión ambiciosa que promueva su protección y que mueva el ecoturismo, el avistamiento y muchos otros atractivos, considerando los bienes y servicios ambientales que este genera. En 2001 el POT lo declaró patrimonio ambiental. de la ciudad.
¿Cree que las administraciones están en la función de solucionar los problemas de sus comunidades?
-Por supuesto, pero lo importante es llamar a los dirigentes para hacerlo con ética y responsabilidad, asumiendo las consecuencias de las malas decisiones en las intervenciones. Quisiera generar un interés en los cucuteños y la población de los municipios del entorno, en la gran responsabilidad que tenemos en saber elegir los próximos dirigentes. Aquellos que aspiran a tomar las riendas de la ciudad y la región deben ser conscientes de que se trata de un momento histórico, en el cual entra en juego el futuro de las generaciones presentes, y las que nos sustituirán. Estamos al borde del abismo y las decisiones en materia de desarrollo urbano-regional, social y económico que corresponden a las próximas autoridades deben ser innovadoras, inteligentes y estratégicas.
¿Qué visión tiene de ese espacio público que es El Malecón?
-Como concepto de espacio público cumple un rol vital en la vida urbana: convoca a todos los ciudadanos. Pero difiero de la forma de intervención, ya que no podemos hablar del El Malecón sin referirnos al río Pamplonita, puesto que este se desarrolla a sus espaldas. Se ha perdido la oportunidad a lo largo de su recorrido de aprovechar la riqueza que podrían ofrecer ese cauce y su ronda. Cada día se endurecen más sus áreas aledañas y disminuyen la vegetación y el suelo permeable. Hay obras inacabadas e inapropiadas, y las altas inversiones destinadas a El Malecón, no se reflejan.
¿Qué tratamiento debe dársele al río Pamplonita?
-Las inversiones no pueden perder de vista lo esencial: la restauración, rehabilitación y recuperación de la vida del río, que empezó a agonizar ante nuestros ojos. La ciudad debe volver su mirada al río. En este momento le da la espalda. Los esfuerzos deben repartirse entre las obras de restauración ecológica, intervenciones forestales, hidrológicas y bio-ambientales, que deben atender la intervención integral de toda la cuenca hídrica desde su nacimiento hasta su desembocadura, ya que los ecosistemas, no tienen fronteras.
¿Qué piensa de la dinámica académica de las universidades con respecto a su participación en la vida de la región?
-Los espacios de la academia son fundamentales para educar, concientizar y formar un patrimonio ético y moral de quienes asumirán las riendas en un futuro próximo. Es necesario despertar la conciencia y el compromiso en las universidades, para participar en las decisiones que afectan el desarrollo actual y futuro de la ciudad y la región.
¿Sobre la reconstrucción de Gramalote, tiene alguna observación?
-Tengo muchas cosas que decir. Respecto a la labor institucional adelantada prefiero no hacer comentarios. Solo lo voy a resumir en el término indolencia.
¿Cómo ve a futuro esta zona?
-Cúcuta y su región han estado expuestas a gran incertidumbre que la hace poco atractiva como escenario de inversión. Es hora de buscar alterativa de cambio, mirando hacia Colombia y al mundo. Reinventar la ciudad debe ser un reto. Muchas ciudades en el mundo lo han logrado. No podemos seguir al vaivén de las condicionantes exógenas. Cúcuta debe tomar las directrices de su desarrollo económico, la globalización, los tratados de comercio internacional, las alianzas estratégicas entre países y regiones puestas sobre la mesa.
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