La concesión de la escombrera, cuyo contrato se pactó a 25 años en el gobierno de Manuel Guillermo Mora (2003), no le reporta beneficio alguno a Cúcuta.

En el control político practicado a los directivos de la Fundación Salvemos el Medio Ambiente (Funambiente), que opera la concesión, la mayoría de concejales coincidió en que el contrato debe revisarse “por cuanto no está claro ni el objeto ni la misión”.

Tampoco es claro cómo y quiénes manejan el servicio de la escombrera, “dado que, según se desprende de un informe de Fumambiente al Concejo, las órdenes se dan desde Bogotá y sus empleados también son de esa ciudad”, dijo el concejal Víctor Fidel Suárez.

“Al parecer, vienen a Cúcuta solo a cobrar el cheque”, precisó Suárez.

El concejal Alexander Salazar coincidió en que debe revisarse el contrato para determinar si se le da estricto cumplimiento. “Creo que no cuentan con las herramientas necesarias para prestar el servicio”, dijo.

El concejal Rodolfo Torres pidió un informe que establezca las mejoras hechas, la maquinaria, el parque automotor y las obras civiles que se comprometió la escombrera a hacer durante la concesión y si se han cumplido

“Al parecer, la única escombrera son las carretas que botan los desechos en los lotes, en el espacio público y en el río”, dijo a su turno el concejal Óscar Sanabria. “Esto se origina porque no hay presencia de la escombrera municipal”.

“La escombrera recibe 900 millones de pesos del municipio, pero no se evidencia su accionar”, dijo la concejal Magda Liliana Mora.

El presidente del Concejo, Wilmar Manuel Cepeda Basto, creó una comisión accidental que hará veeduría a la labor de la escombrera.

“Es una concesión que lleva 11 años y se desconoce su servicio”, dijo.

Entre las solicitudes de los concejales a Funambiente está la puesta en marcha de campañas de cultura ciudadana, la prestación del servicio de recolección de escombros, la disponibilidad de un parque automotor que evite que tiren escombros en los lotes vacíos e inversión en obras de mejoramiento para la ciudad con los recaudos percibidos.

No recoge escombros, solo recibe

El representante legal de Funambiente, Fernando Zabaleta, señaló que la misión de la escombrera no es recoger los escombros de las calles, sino de recibirlos en un sitio especial. Los volúmenes menores de mejoras en viviendas deben movilizarlos los operadores de aseo privados o los responsables de las obras.

Los ingresos de la escombrera provienen de impuestos y tasas recaudados por la alcaldía, que corresponden  a los de delineación urbana, ocupación de vías y concepto de uso del suelo. Además,  de las tarifas cobradas por los proyectos que no requieren licencia de construcción y urbanismo (0.83% del salario mínimo legal vigente por metro cúbico de escombros), los proyectos que requieren licencia de construcción y urbanismo (0.72% del salario mínimo legal vigente por metro cuadrado del estimado de producción de residuos sólidos) y el servicio de disposición final de los escombros (0.9% del salario mínimo legal vigente por cada viaje).  

Se estima que por año se reciben en la escombrera 261.000 metros cúbicos de escombros.