La iniciativa de vender ropa usada en buen estado a bajos precios, ha llamado la atención en los sectores hasta donde se ha llevado.

Por eso, Juan Carlos Gil, director de la fundación virtual Ángeles Unidos, emprendió de nuevo la tarea, pero esta vez el propósito será diferente.

En diciembre, cuando la fundación llevó regalos a los niños pobres de Balcones parte baja, Balcones de Vista Hermosa y Balcones de la Esperanza, en Los Patios, Gil y sus compañeros, descubrieron que la comunidad tiene muchas necesidades, entre ellas, que los niños con discapacidades no tienen sillas de ruedas que les permitan tener una mejor calidad de vida.

Entonces, decidieron que su próxima visita sería para llevarles esta alegría. Sin embargo, la tarea no ha sido fácil, conseguir esta donación ha representado dificultades. Por eso, idearon otra estrategia.

“Se nos ocurrió hacer una tienda de ropa y con los recursos que se hagan poder comprar esas sillas que necesitamos”, dijo Gil. Además, con la iniciativa no solo se beneficiarían los niños, si no la comunidad, pues la tienda de ropa usada se llevaría hasta estos sectores pobres y allí se vendería.

“Aún no tenemos fecha; estamos recogiendo las prendas y esperamos que sean muchas”, agregó el fundador de Ángeles Unidos. “Las personas podrán encontrar prendas desde 500 pesos en adelante”.

Pasión por ayudar

Aunque la fundación lleva un poco más de un año, con la tienda de ropa ya ha llegado a otros barrios. A mediados del 2016, decenas de familias en San Jerónimo en la comuna 7 de Cúcuta, agradecieron que Gil llevara hasta ellas ropa, zapatos y juguetes en muy buen estado y a bajos precios.

También, por ayudar a los más necesitados, este joven estudiante de Trabajo Social ha salido a las calles a vender productos de limpieza, y con el dinero obtenido lleva ayudas a los barrios más necesitados de Cúcuta.

“Crear una fundación y ayudar a los demás no estaba entre mis planes, pero luego de entregar la primera ayuda a una familia del barrio Antonia Santos y de encontrarme con decenas de historias de familias pobres, supe que esta labor no debía parar”, cuenta convencido de que está haciendo lo correcto.

Poco a poco este estudiante ha convocado voluntarios para trabajar junto a él y llevar alegrías a más personas necesitadas.

Sueña con tener una tienda con estanterías exclusivas para las familias más pobres, para llevar alegría y sonrisas a los rincones más olvidados de la ciudad.

Pero mientras hace su sueño realidad, dice que no descansará hasta cumplir su más cercana meta, la de llevar sillas de ruedas a los niños.

“Luego de tener las prendas seleccionadas y de haber organizado el espacio donde se hará la venta, entrarán por grupos y por un tiempo de cinco minutos las personas comprarán lo que necesiten y así se dará más orden y todos los que quieran podrán participar”, dijo Gil.

Los interesados en ayudar pueden  llevar las donaciones a la calle 9AN #7AE-60, barrio Guaimaral, o contactarse con Gil en el sitio de Facebook Fundación Ángeles Unidos.