Una diminuta alarma en la parte alta de uno de los postes de energía de la calle 50 con avenida 13 del barrio Crispín Durán, en la ciudadela Juan Atalaya,le devolvió la tranquilidad a los vecinos.

Diez meses atrás, la comunidad decidió unir esfuerzos para combatir la delincuencia en este sector y conformaron el frente de seguridad 131 de la mano de la Policía.

La alarma está interconectada con las viviendas vecinas y la subestación de Policía de Ospina Pérez. Cada vez que alguno de los residentes está en peligro o ve alguna situación sospechosa en la cuadra activa el dispositivo y alerta a los demás. De inmediato los vecinos se contactan con el cuadrante de la zona.

“A penas escuchamos la alarma salimos de inmediato a inspeccionar, Esto nos ha servido para ahuyentar a los ladrones”, explicó el vecino Angelino Durán. “Aunque no hemos agarrado a ninguno en pleno robo, desde que tenemos este sistema el hampa se fue de la cuadra”.

Para los vecinos más que el sonido de alarma lo que corrió a los ladrones fue el espíritu de unión vecinal, ya que ellos trabajan de la mano de la Policía y no temen en denunciar cualquier irregularidad en su barrio.