Seguramente, durante los últimos meses para la mayoría de los colombianos no ha sido extraño que alguien les pida la firma, pues el auge de acudir al apoyo del pueblo para diferentes acciones ha venido subiendo, y con las campañas electorales aumentará considerablemente.

Esto último, porque muchos de los que han manifestado su interés de llegar a la Casa de Nariño han anunciado que lo harán por firmas, como es el caso de Piedad Córdoba, Clara López, Alejandro Ordóñez, Sergio Fajardo, y el exalcalde de Santa Marta, Carlos Eduardo Caicedo.

Algunos ya inscribieron su comité ante la Registraduría y otros hasta ahora lo han anunciado, pero sus procesos se sumarían a una gama de mecanismos que se han venido utilizando, como por ejemplo, las revocatorias de mandato y las consultas sobre explotación minero-energética que impulsan ciudadanos.

En el radar están también, y desde hace rato, las firmas que se recogen para hacer un referendo que permita crear una ley que dé cadena perpetua a los violadores y maltratadores de niños y, quizás la más conocida, es la consulta anticorrupción que promueve el partido Alianza Verde.

Pero si usted vive en el departamento de Antioquia le habrán pedido también la firma por otra razón, aunque no se sabe con certeza para qué la usarán, pues se están recogiendo apoyos por parte del gobernador Luis Pérez, en rechazo al mapa del IGAC que pone a Belén de Bajirá en Chocó.

Es decir, si no le han pedido la firma, seguramente es porque no ha salido mucho de su casa, dado que en las calles las planillas y los esferos se ven continuamente, incluso por procesos anteriores a estos, como las que pedían para prohibir la adopción por parte de parejas homosexuales y madres solteras.

La pregunta que suscita tal panorama es ¿por qué el auge?, y las respuestas a esa pregunta dependen de a qué mecanismo se refiera.

Angélica Lozano, representante a la Cámara por el partido Alianza Verde, explica la razón que motivó la consulta Anticorrupción: “Creo que la gente cuando no encuentra canales, cuando el Congreso bloquea las iniciativas de cambio, por ejemplo, a nosotros nos hundió ocho veces la Ley de Transparencia y la baja de salarios a los congresistas, pues teníamos dos opciones: quedarnos sentados y no hacer nada o hacer algo”.

Carlos Ariel Sánchez, quien fue Registrador Nacional por ocho años, afirma que nunca se habían solicitado tantas revocatorias de mandato como hoy en día, y le atribuye el auge a la modificación en la ley.

“Hay que recordar que la Ley 1757 baja los requisitos para la revocatoria. De un lado rebajó los mecanismos para el porcentaje de firmas frente a la votación que existía, entonces si el Alcalde o Gobernador ha sacado un x número de votos ahora se requiere solo el 30% del equivalente en firmas de esos votos. Segundo, antes se requería una participación el día de la convocatoria de 55%, ahora se requiere 40%. Pero las que se han llevado a las urnas no han alcanzado ese porcentaje”.

Y si usted pregunta por qué tantos precandidatos presidenciales acuden a las firmas, la respuesta que da Carlos Arias, docente de Marketing Político de la Universidad Externado de Colombia, está relacionada con estrategia.

“Es una estrategia política, cuando se presentan por un partido y luego reciben un apoyo de otro partido eso puede implicar una doble militancia. Los acuerdos programáticos partidistas son mucho más fáciles de manejar y por eso Germán Vargas Lleras no está tan seguro de inscribirse por Cambio Radical. También, Alejandro Ordóñez decidió irse por firmas, primero porque no tiene el apoyo total del Partido Conservador y segundo, porque desde esa dinámica podría llegar a hacer una alianza muy fuerte partidista con el Centro Democrático”, afirma.

El problema

Todas estas iniciativas son legales. La Constitución garantiza el derecho a la participación ciudadana y brinda una serie de mecanismos que la hagan efectiva. 

Pero hay un problema, o al menos una necesidad que señala Carlos Ariel Sánchez, quien habla sobre lo que refleja el auge del interés de buscar el apoyo del pueblo.

“Por un lado puede reflejar la desconfianza en las instituciones; de otro lado puede mostrar la polarización de estas posibilidades de participación ciudadana; puede mostrar también el deseo que tienen de participar y generar algún cambio político. Todo eso es muy positivo, lo que realmente a uno le debe preocupar de este tema es que así como hay una claridad de que la gente tiene unas intenciones y que piensa que con esa decisión se producen unos cambios, las normas deben estar en capacidad de dar una respuesta absolutamente clara”, afirma.

Sánchez se refiere al debate que se ha abierto sobre las consultas de explotación y exploración minero-energéticas, en donde las decisiones que ya se han tomado sobre prohibir estas actividades preocupan seriamente al Gobierno Nacional y a sectores económicos por las consecuencias que conllevan.

“Sería mucho mejor si se tiene claridad sobre cuál es la respuesta desde el punto de vista institucional a la decisión de la voluntad popular. Es decir, si la decisión de la voluntad popular tiene la consecuencia que las personas piensan”, dice.

Lo que se debe procurar, para el exregistrador, es poner claridad y lo más pronto posible, dado que los procesos siguen avanzando y las dudas persisten.

Pero no solo hay un problema frente a este tipo de consultas, también se han registrado críticas a lo que son los procesos de revocatoria que avanzan en el país.

Al respecto, dice Sánchez, “lo que estamos viendo en la revocatoria es que muchas no tienen claros temas de financiación, otras revocatorias posiblemente empezaron a recoger las firmas antes de la fecha que era, 2 de enero de este año. Es decir, hay una serie de decisiones que se producen de la misma voluntad o de la misma decisión del ciudadano cuando firma, que debe ser adecuada a las normas, porque si no, en vez de resolver un conflicto que es lo que se quiere, se genera otro”.

Fuentes del Consejo Nacional Electoral, -órgano que tiene como función establecer y vigilar que se cumplan con los topes de financiación de los procesos aquí tratados, aseguran que sienten un abuso en el uso de este mecanismo porque es notable que casi la mitad de procesos que se adelantan son motivados por revanchismo político, por negaciones en contratación por parte de administraciones municipales e incluso por razones personales.

Pero acá también el debate es amplio. Y mientras tanto, se van registrando los pasos o retrasos de procesos de revocatoria como el del alcalde de Bogotá, Enrique Peñalosa, algunas decisiones judiciales frente a procesos como en el caso de Barrancabermeja que preocupan a la Misión de Observación Electoral y al mismo tiempo, el anuncio de nuevas iniciativas  que buscan revocar el mandato de alcaldes locales.

¿Se cansarán de firmar?

Lo cierto entonces es que pese a los debates y los pasos de cada proceso, la participación ciudadana continúa. En el caso, por ejemplo, de quienes buscan la cadena perpetua para violadores están en la recta final y este fin de semana esperan recoger un millón de firmas.

“En este momento no puedo decir una cifra exacta porque todavía no me han llegado todas las firmas, pero calculo que superamos más de un millón. Tenemos que entregar a la Registraduría un millón 757 mil firmas el próximo 10 de julio”, afirma Yohana, quien adelanta la iniciativa que su mamá, la senadora Gilma Jiménez, promovió por años.

En la recta final también está la consulta Anticorrupción, pues tienen los últimos días para completar los 3 millones a los que aspiran el próximo 25 de julio.

La pregunta es si la gente se cansará de que pidan sus firmas por diferentes motivos, y lo que cree Carlos Arias es que aún no hay un desgaste por parte de los ciudadanos, y menos si le hablan de los dos procesos que están en la recta final, pues ellos están ya en el imaginario de la gente. El desgaste, dice, será futuro.

“No hay una confusión, no hay un desgaste por parte de los ciudadanos con procesos de recolección de firmas, pero ese desgaste sí va a venir en la medida en que salgan a la calle y se empiecen a ver los diferentes comités en las ciudades. Muy seguramente las estrategias de diferenciación van a marcar  que logren realmente el objetivo”, dice.

Al final, la decisión de firmar por una u otra razón la tiene el ciudadano y realmente, por esta época, tiene diferentes opciones para elegir.