La poca credibilidad e identidad de los colombianos con los partidos políticos, la falta de regulación en materia de financiación, pero, sobre todo, la posibilidad de adelantársele a la campaña varios meses, ha hecho que para esta nueva contienda electoral, las firmas se volvieran a ‘poner de moda’, para avalar candidaturas.

Como se conoce, este mecanismo fue reconocido por la ley para aquellos interesados en aspirar a un cargo de elección popular, pero que no se sienten identificados con ningún partido o movimiento político. De esta forma, se les garantiza que tengan también alguna posibilidad de acceder al poder.

Sin embargo, desde hace algunos años, a raíz de los escándalos que han envuelto a distintas colectividades y la mala imagen que pesa sobre la mayoría de estas, muchos viejos conocidos de la política y militantes de distintos partidos, decidieron hacer uso de esta opción, para validar sus intereses electorales.

Según datos recopilados por la Misión de Observación Electoral (MOE), entre 2011 y 2015 se pasó de 213 comités inscritos para recolectar firmas a 810, lo que representa un crecimiento del 380 %.

Entre tanto, el número de comités que finalmente presentó las firmas requeridas ante la Registraduría Nacional y las sometió a revisión subió de 199 en 2011 a 307 en 2015.

El año pasado, para las elecciones presidenciales, las firmas también fueron protagonistas, pues una cifra histórica de grupos significativos de ciudadanos solicitó recoger firmas para avalar candidatos al primer cargo del país: 49 en total.

Aunque al final solo terminaron 11 comités entregando las firmas, la organización electoral tuvo que invertir $5.433 millones, para revisar las más de 16 millones de firmas que entregaron los aspirantes.

Del grupo que sometió a verificación las firmas solo Germán Vargas Lleras, Sergio Fajardo y Gustavo Petro llegaron hasta la primera vuelta, pero no solo con el aval que le entregaron los ciudadanos mediante sus rúbricas, sino en coaliciones con partidos políticos.

Otros como Juan Carlos Pinzón, Carlos Caicedo, Marta Lucía Ramírez, Alejandro Ordóñez se sometieron a consultas interpartidistas o se hicieron fórmula vicepresidencial de algún candidato, por lo que sus firmas no cumplieron el objetivo que anunciaron en un principio.

Sigue el auge

Pero si las de 2018 pasaron a la historia como las elecciones con más candidatos por firmas, las de autoridades electorales que se avecinan no se quedan atrás.

De acuerdo con el más reciente informe de la Registraduría Nacional, hasta el 15 de febrero se habían presentado 295 solicitudes en todo el país para recoger apoyos, con el fin de avalar candidaturas a gobernaciones, alcaldías, asambleas, concejos y juntas administradoras locales.

Solo en Norte de Santander, la cifra de aspirantes que busca meterse en la contienda del 27 de octubre, por la vía de las firmas asciende ya a 13. El mayor número de inscritos busca validar su aspiración a la Alcaldía de Cúcuta: siete en total (ver recuadro).

Es por esta razón que, desde comienzos de este año se pueden observar distintas avanzadas por los barrios de la ciudad y los municipios del departamento, con formato en mano, pidiendo el apoyo para validar una y otra candidatura.

En vista de este panorama y de que cada día son más los recolectores de rúbricas, varias son las inquietudes que han surgido en torno a esta ya recurrente ‘multiplicación de firmas’, que ha adelantado por lo menos seis meses la campaña electoral.

Con el apoyo de la Registraduría Nacional, La Opinión resuelve algunos de estos interrogantes:

¿Una persona puede firmar los formatos de más de un candidato?

Sí. Lo que un ciudadano no puede es diligenciar información dos o más veces apoyando el mismo candidato o lista de candidatos.

Si la persona que firma no está inscrita en el censo electoral de la ciudad, municipio o departamento  en el que aspira el candidato, ¿es válido el apoyo?

No. Debe figurar, primero, en el censo nacional y segundo, en el censo de la circunscripción electoral por la que está firmando. Es decir, si el candidato busca la Alcaldía de Cúcuta, debe tener su cédula inscrita en Cúcuta.

¿En qué otros casos se puede invalidar una firma?

Que el ciudadano no aparezca en el Archivo Nacional de Identificación (ANI).

Que los datos no se puedan leer, incluyendo la huella.

Que falte alguno de los datos que debe diligenciar el ciudadano en alguno de los renglones del formulario.

Que el nombre de la persona no corresponda con cualquiera de los otros datos consignados.

Cuando todo el renglón no está escrito por puño y letra del mismo ciudadano.

Que la información que contiene el renglón haya sido consignada por otro medio de reproducción distinto a la firma, como una fotocopia.

Cuando se detecte cualquier cambio al formulario que entregó la Registraduría.

¿Si una persona firma diferente a como lo hizo en la firma se invalida ese apoyo?

No necesariamente. La Registraduría explicó que en este caso, los grafólogos encargados de la revisión de las rúbricas, entran a analizar la morfología de la misma y los rasgos de la huella.

¿Cuándo se deben entregar las firmas por parte de los candidatos?

Los comités podrán entregar las firmas de apoyo en su totalidad de los apoyos en cualquier momento.

¿Las firmas que entregue cada candidato o listas de candidatos son revisadas una a una?

Sí. Lo primero que se hace es una verificación manual en las base de datos de la Registraduría.

¿Cuánto tiempo se tarda esta revisión por cada grupo significativo?

30 días calendario siguientes a la recepción de los mismos, los cuales podrán prorrogarse por 10  días calendario más, de ser necesario.