Seguir impulsando el desarrollo de la infraestructura vial y la vivienda, que jalonó como ministro y luego vicepresidente, y retomar modelos exitosos como el de Perú, son algunas de las apuestas del programa económico con el que Germán Vargas Lleras busca asegurar  su llegada a la Presidencia de la República, en 2018.

El exfuncionario de gobierno presentó ayer, en Bogotá, su primera propuesta ante dirigentes empresariales, políticos y seguidores, en la que se destaca, además, la idea de crear 1,2 millones de empleos formales y una nueva Reforma Tributaria para bajar tributos y mejorar el recaudo.

De acuerdo con el aspirante presidencial, quien se destapó formalmente hace varias semanas, sus principales postulados frente al sector económico son: confianza, inversión y mayor productividad.

“Tenemos que generar condiciones propicias que favorezcan la inversión privada, el emprendimiento y la formalización. Si queremos que la economía vuelva a tener un crecimiento sostenido del 5% anual, se requiere generar confianza en el país y un ambiente amigable a la inversión; se necesita una Colombia en la que hacer empresa y ser formal tenga sentido”, señaló.

Reforma tributaria

Aunque para los colombianos, hablar hoy en día de Reforma Tributaria resulta tormentoso, Vargas Lleras explicó que su propuesta lo que pretende es devolverle la competitividad a las empresas de todos los tamaños, estimular la inversión y contribuir a formalizar la economía, para reducir la tasa de tributación de los negocios hasta alcanzar una del 30%.

Resaltó, además, que en su reforma se plantea una nueva tarifa del impuesto sobre la renta del 30% para los negocios, deducibilidad plena de costos y gastos en el impuesto sobre la renta, no gravamen a los dividendos, no gravamen sobre la utilidad en venta de acciones y participaciones, depreciación en dos años del 100% del costo de las nuevas inversiones en bienes de capital, eliminación de exenciones y eliminación de la renta presuntiva. Adicionalmente, el ICA y el 4x1.000 serían recuperables en su totalidad como una retención en el impuesto sobre la renta, y se eliminarían el impuesto de timbre, entre otros.

En esta misma Reforma se fijaría que los productos básicos de la canasta familiar, las medicinas, los servicios de salud y educación, y los servicios públicos en los estratos bajos no serán gravados con el IVA.