Como hace cuatro años, cuando también fue aspirante a la Gobernación de Norte de Santander, la controversia por el aval que recibió el empresario Juan Carlos García-Herreros para aspirar al primer cargo del departamento no termina.

Su contendor al interior del Centro Democrático, el médico y varias veces candidato Ramiro Luna Conde, insiste en que el proceder del partido para la escogencia del ganador no fue la adecuada y que él nunca autorizó una encuesta para dirimir la puja.

“Jamás aprobé el uso de una encuesta como mecanismo de escogencia de un candidato  a la Gobernación. Nunca autoricé que se usara mi nombre para tal efecto. Por tanto, no me vincula ese resultado para ningún efecto político, más allá del que mi voluntad decida”, reiteró Luna.

Lea además García-Herreros, la carta del uribismo a la Gobernación

Aunque el precandidato dijo que seguirá adelante con su proyecto político y que está en acercamientos con otros partidos para poder llegar a la contienda del 27 de octubre, dijo que el coordinador regional del Centro Democrático, Diego Villamizar, no dijo toda la verdad frente al proceso de selección que se empleó.

“Manifiesta (Villamizar) que la encuesta, nunca aprobada, fue apenas una guía y que se fijaron otros ítems, como la ética social, la trayectoria política, la participación social y la preparación académica”, aspectos que, considera, cumple con una alta calificación.

Ramiro Luna recordó que él ha sido concejal de cinco municipios, diputado durante seis periodos y senador en dos oportunidades.  

De la misma forma, señala que cuenta con una formación como médico y especialista en cirugía plástica, así como una trayectoria profesional que lo ha llevado a ser director encargado del Hospital San Juan de Dios de Pamplona y del Hospital de Chinácota; director del Instituto Colombiano de Cirugía Plástica, entre otros cargos, que también acreditaban para el proceso de escogencia.

En ese sentido, dice que no entiende cómo se habla de que se valoraron varios criterios, adicionales a la encuesta, para concluir quién era el representante del partido en las elecciones que se avecinan.